Un documental-poema, una carta enviada a alguien que se admira. Construido como una composición musical, alterna fragmentos de conciertos filmados en la casa de Renée con imágenes de archivo, cuadros pintados por ella, dibujos, fotos, entrevistas. Sentada en un banco en su jardín, nos espera. Nos cuenta algunos secretos: cómo es vivir yendo y viniendo de un lado al otro del Atlántico, entre París y Montevideo, sus dos amores. Rodolfo Panzacchi, un gran amigo, viene a tomar el té. Conversan acerca de la música, de los niños a quienes les encanta el pizzicato, del alma de los violines. Dialoga con un zorzal, nos revela el secreto de las partituras electroacústicas y nos ofrece, con su piano, una maravillosa milonga. Este documental no pretende contarnos la vida de una música famosa, sino acercarnos a ella como en puntas de pie y dejar que su alma, como la de los violines, se revele a través de su arte.