Austria, Francia, Reino Unido, 2023
Dirección: Jessica Hausner
Guión: Géraldine Bajard, Jessica Hausner. Fotografía: Martin Gschlacht. Música: Markus Binder. Producción: Coop 99, Coproduction Office, Essential Filmproduktion, BBC Film, Club Zero. Elenco: Mia Wasikowska, Sidse Babett Knudsen, Elsa Zylberstein
Duración: 110 minutos
Jessica Hausner se ha convertido en una directora cuyas obras no dejan indiferente a nadie, ya sea por su posicionamiento crítico respecto a temas sociales o sus incómodos planteamientos. Su nueva película mira de frente a los hábitos de nutrición contemporáneos (y a otros temas complementarios como la maleabilidad de las mentes jóvenes, los diálogos intergeneracionales o ciertas cuestiones de clase social). Este contexto le permite alertar sobre asuntos tan delicados como los trastornos alimentarios. Asimismo, es un escenario óptimo para censurar a los “falsos profetas” de la nutrición que aparecen para ofrecer alternativas supuestamente más beneficiosas bajo pretextos de fe. En este caso dicha figura la interpreta una sutil Mia Wasikowska, quien transmite a la perfección esos aires dóciles y amenazantes del personaje.
La directora opta por un ritmo lento y deliberado, similar al de una obra de teatro, para crear una atmósfera de tensión y claustrofobia. Este estilo contribuye a intensificar la incomodidad del espectador y a sumergirlo por completo en la mente de los personajes. La película se convierte así en una experiencia sensorial que va más allá de la simple narración visual. A pesar de abordar temas contemporáneos, la película posee una cualidad atemporal que la hace trascender las modas y tendencias cinematográficas.
Los encuadres fijos y de composición geométrica en diseños minimalistas de colores pastel y mate sirven para transmitir el frío interior y la deshumanización de los personajes. La música acentúa la confusión y el vacío interior de adultos y adolescentes por igual. La carencia espiritual que los asola, la incapacidad de amar y su imposibilidad de comunicar sus problemas se oculta en casas y colegios privados minimalistas que pretenden transmitir excelencia, pero tan sólo consiguen soledad. Es un mundo de triunfadores posmodernos woke, que oculta sus carencias con falsas superioridades morales en su alimentación.
La utilización de la alimentación como metáfora de los excesos humanos y la búsqueda de la perfección le otorga un carácter universal que resuena en diferentes culturas y épocas. Crítica social y cuestionamiento del culto: la trama se aleja de una simple representación de desórdenes alimenticios para adentrarse en el terreno del fanatismo y la manipulación. La
maestra de nutrición se convierte en una figura similar a la de un líder de culto, que ejerce
un control absoluto sobre sus seguidores y los induce a comportamientos extremos. La
película invita al espectador a reflexionar sobre la facilidad con la que las personas pueden
ser influenciadas y sobre los peligros de entregar la propia voluntad a una figura externa.