In memoriam: Mikis Theodorakis

El título de muchos de los cables que anunciaron la muerte de Mikis Theodorakis el pasado 2 de setiembre, a la edad de 96 años, no pudieron evitar el énfasis en que había sido “el autor de la música de Zorba el Griego. No es falso, por supuesto, pero constituye un reduccionismo atroz (algo así como decir que Rubén Darío fue el autor de Sonatina).
En la más acertada cobertura que la BBC hizo del fallecimiento de Theodorakis se señalaron también otros rasgos: que ningún otro compositor, poeta o artista griego moderna tuvo tanto reconocimiento. La presidenta de la República de Grecia, Katerina Sakellaropoulou, lo definió como “creador panhelénico y al mismo tiempo universal”.
Theodorakis se implicó en política mientras descubría que sería músico. Con solo 17 años se enroló en el Frente de Liberación Nacional y poco después en el Partido Comunista de Grecia. Luchó en la resistencia contra la ocupación nazi y luego participó en la guerra civil que enfrentó a comunistas y anticomunistas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. El joven Mikis fue arrestado, enviado al exilio en la isla de Icaria y luego deportado a la isla de Makronisos, donde fue torturado y enterrado vivo dos veces. Veinte años después volvería a ser detenido por la Dictadura de los Coroneles, encarcelado y torturado de nuevo. La junta militar prohibió sus canciones y éstas se convirtieron en himnos antifascistas.
Entre exilio y exilio consiguió estudiar música en los conservatorios de Atenas y París y comenzó a componer: 12 sinfonías y conciertos, 19 obras de música de cámara, cinco óperas, siete cantatas, decenas de ballets, teatro… Su obra clásica es inabarcable. Y a partir de 1960 comenzó a escribir canciones que incorporan elementos tradicionales.
Sus adhesiones políticas fueron erráticas, oscilante entre la izquierda y la derecha. En 2010 creó un movimiento ciudadano independiente llamado Spitha y, en 2012, el movimiento político Elada junto al veterano izquierdista Manolis Glezos. En 2013 anunció su retirada de la vida política, pero en enero 2015 apoyó la llegada de Alexis Tsipras y Syriza al Gobierno, pero el idilio duró muy poco. En 2017 encabezó una manifestación contra recortes sociales aprobados por el Eurogrupo.
En 2018 vivió el último enfrentamiento con la izquierda al participar junto a la extrema derecha en las movilizaciones contra el acuerdo con Macedonia del Norte. Desde la tribuna de una manifestación bramó: “Fascistas, racistas, anarquistas, terroristas, matones, sois mis hermanos”. Sin embargo, tras su muerte ha salido a la luz una carta personal que el compositor envió a Dimitris Kutsubas, secretario general del KKE, en octubre de 2020. “Ahora, al final de mi vida, en el momento de ajustar cuentas, los detalles desaparecen de mi mente y solo permanecen las Grandes Cosas. Veo que pasé mis años más críticos, fuertes y maduros bajo la bandera del KKE. Por eso, quiero dejar este mundo como comunista”.
Pero al lado o por encima del político estuvo el músico. Sus canciones se cantan como si fueran tradicionales. Cada 17 de noviembre, conmemoración de la revuelta estudiantil contra la dictadura de los coroneles, los estudiantes de toda Grecia cantan a Theodorakis en las escuelas. Seguirá siendo así. Antes de cada manifestación en las huelgas generales, por megafonía seguirá sonando Tis dikaiosynis ilie noite. En las tabernas de Mykonos los turistas seguirán pagando precios absurdos mientras unos músicos tocan Zorba.
Naturalmente, una cinemateca debe llamar la atención, sobre todo, hacia su música para el cine. En el popular sitio web Internet Movie Database se le adjudican 109 créditos para el cine, y allí no está solamente Zorba sino un abanico de películas que van desde mucha producción griega (incluyendo Electra de Cacoyannis, que es anterior a Zorba) hasta el asunto de terror de la Hammer La sombra del gato (1961), y trabajos internacionales para gente tan variada como Costa-Gavras (Z) y Sidney Lumet (Serpico). Su nombre siguió unido a Cacoyannis, también, en Ifigenia y Las troyanas, por lo menos. No solo fue un talento mayor. También fue un creador extremadamente prolífico.

Zorba el Griego

DIR: Michael Cacoyannis / 136 min.

Estados Unidos, Grecia 1964.

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