Estados Unidos, 1964
Dirección: Richard Quine
Con Natalie Wood, Tony Curtis, Lauren Bacall, Henry Fonda.
Duración: 100 minutos
Pasado el apogeo de la screwball comedy en las décadas del 30 y 40, algunos realizadores intentaron volver a capturar o actualizar su esencia. Uno de los más consecuentes fue Richard Quine, un actor y director que incursionó en varios géneros hasta redescubrir los encantos de la comedia sofisticada. En este caso se basó en el inmenso éxito de un libro de la periodista Helen Gurley Brown y encargó al escritor Joseph Heller (“Trampa 22”) una trama de ficción alrededor de la autora, su obra y sus ideas sobre la liberación femenina. El film se estrenó con gran éxito casi al mismo tiempo que Gurley Brown se transformaba en una de las mujeres más influyentes del momento como editora de la revista Cosmopolitan.
Su origen es la comedia de situaciones del cine mudo y, antes, las farsas teatrales europeas. Importa la minuciosa construcción argumental que construye un enredo tras otro a partir de algún evento por lo general simple (una palabra equivocada, una confusión de identidad) hasta explorar todas las combinaciones humorísticas de esa premisa. Un modelo temprano fue El abanico de lady Windermere, la...