Japón, Francia, 1975
Dirección: Nagisa Oshima
Con Tatsuya Fuji, Eiko Matsuda, Aoi Nakajima
Duración: 102 minutos
Erotismo y muerte están literalmente entrelazados en esta película japonesa, y algunas de sus escenas culminantes lo dejan claro de manera muy explícita. El director Oshima impone a su historia de sexo y sangre un compás trágico que hace a un lado todo sensacionalismo, pese a la crudeza insólita de varios momentos. Una de las pocas películas no específicamente pornográficas que contiene escenas de sexo explícito, era obvio que iba a tener problema de censura en muchos lados.
Segunda parte de un ciclo que podría ser muy largo. Y es que si hay algo en lo que el ser humano se ha destacado particularmente es en prohibir las ideas que no le gustan e imponer las que les parecen la mar de justas. ¿Esto quiere decir que todo debe estar permitido? Eh, bueno, un bonito tema sobre el que debatir luego de mirar alguna de las películas del presente ciclo que incluye películas p...