Se basa en un gran film soviético de Mikhail Romm titulado Los trece (en Argentina Todos los soldados fueron valientes), una de las pocas películas de aventuras hechas durante el llamado “realismo socialista” soviético. El guión de Iosif Prut y el propio Romm, abundante en acción y
suspenso, describía la odisea de un grupo de soldados que deben atravesar una zona desértica de Asia Central y resisten en un pozo de agua casi seco el asedio de unos bandidos que los superan ampliamente en número. Sin el sentido trágico del original, que hubiera sido incongruente con la mayor parte del cine bélico producido en Hollywood durante la segunda guerra mundial, el
relato fue actualizado y transformado por la productora norteamericana Columbia y el guionista comunista John Howard Lawson en una historia de tanques en la campaña contra Rommel. El espíritu comunitario y solidario del film de Romm se ajustaba perfectamente a la necesidad contemporánea de promover la unión de los aliados contra las fuerzas totalitarias del Eje. A esa
pertinencia coyuntural y a la fuerza de la historia original se sumó en este caso la convicción de Humphrey Bogart y de un reparto integrado por numerosos rostros familiares (Bennett, Naish, Duryea, etc.)