Argentina, Venezuela, Uruguay, Chile, 1971
Dirección: Varios directores
Cortometrajes
Duración: 75 minutos
Ollas Populares. Argentina 1967. Dir: Gerardo Vallejo. 4 min.
El realizador tucumano Gerardo Vallejo compaginó este breve film tras registrar una serie de imágenes en una olla popular en Los Ralos, Tucumán, donde miles de personas se habían quedado sin trabajo a causa del cierre de diez ingenios azucareros. Como único acompañamiento sonoro decidió poner el himno nacional argentino, que se reitera al final como un disco rayado, para provocar un contraste elocuente y saturado de connotaciones. Vallejo se integró al grupo Cine Liberación y fragmentos del film fueron incluidos por Pino Solanas en La hora de los hornos. El corto original se consideraba perdido hasta que en 2005 apareció un negativo entre una cantidad de materiales hallados por la cineasta Carla Stella en una casa de su familia, que en el pasado había sido una Unidad Básica.
¡Basta! Venezuela 1969. Dir: Ugo Ulive. 22 min.
El actor, director teatral y realizador Ugo Ulive realizó este film en Venezuela para el Centro de Cine Documental de la Universidad de Los Andes. En una entrevista de 1970 dijo que había querido hacer “una película sobre la violencia que fuera violenta, de forma y contenido, pero el resto de las consideraciones, el hecho de hacer una película que se contrapusiera un poco a la mercancía de consumo que es el cine, y que desafiara un poco al espectador, que planteara en dos planos tan opuestos la narrativa, el hijo conductor, fue surgiendo de la propia fabricación de la película”. Con imágenes terribles, filmadas durante una autopsia y en un manicomio, contrapuestas con otras que representan diversas formas de la alienación urbana, el film provocó controversias desde su estreno y sigue siendo tan extremo y provocador que aún hoy es objetado por críticos y especialistas. Se exhibe con las debidas advertencias del caso.
La bandera que levantamos. Uruguay 1971. Dir: Mario Jacob y Eduardo Terra. 14 min.
El film nació con la intención de registrar la creación del Frente Amplio pero superó el registro pasivo de su gran acto inaugural para transformarse en una punzante interpretación de la realidad del país, tomando como “guión” el discurso de Líber Seregni e ilustrando los grandes temas con material de archivo. Fue realizada en el marco de la Cinemateca del Tercer Mundo, una productora y distribuidora gestada a partir de las exitosas experiencias de los festivales de cine y el cine club organizados por el semanario Marcha. Su difusión fue ambulante. Era una película acerca del Frente Amplio y se exhibía -como no podía ser de otra manera- en los Comités de Base. También se vio en la sala del Galpón, en doble programa con Fidel de Saúl Landau. (Texto de Lucía Jacob)
Obtuvo el premio al mejor film otorgado por la Asociación de Críticos Cinematográficos del Uruguay.
No es hora de llorar. Chile 1971. Dir: Pedro Chaskel y Luis Alberto Sanz. 35 min.
A fines de 1970 un grupo guerrillero brasileño secuestra al embajador suizo en ese país y lo canjea por la libertad de setenta militantes presos por la dictadura. Un vuelo los lleva al asilo político que les ofrece Chile y allí, pocos meses después, cinco de ellos brindan su testimonio en este mediometraje. La ascética forma del registro y de las reconstrucciones prioriza el impacto seco del testimonio como documento de los horrores vividos en cautiverio. Chaskel fue una figura esencial del cine político latinoamericano como director especializado en documentales y también como montajista de films esenciales como La batalla de Chile (junto con su realizador Guzmán) o El chacal de Nahueltoro. El brasileño Luis Sanz fue crítico de cine y militante político en su país, cayó preso de la dictadura, fue torturado y liberado junto a los setenta militantes canjeados por el embajador Suizo. Se exilió primero en Chile y luego en Suecia.
El cine jugó un rol protagónico durante las numerosas turbulencias políticas que atravesó la región en las décadas del 60 y 70. Aunque cada país y cada momento institucional tuvo sus especificidades, hubo algunas coincidencias entre los numerosos realizadores que optaron por hacer películas de intervención política durante esos años.
La voluntad de contrainformar: ante el discurso oficial de la...