Italia, Francia, 2023
Dirección: Nanni Moretti
Guión: Francesca Marciano, Nanni Moretti, Federica Pontremoli, Valia Santella. Fotografía: Michele D´Attanasio. Música: Franco Piersanti. Producción: Nanni Moretti, Domenico Procacci, para Sacher Film, Fandango, Rai Cinema. Elenco: Nanni Moretti, Margherita Buy, Silvio Orlando, Mathieu Amalric, Valentina Romani.
Duración: 95 minutos
Giovanni es un conocido cineasta italiano que, después de varios años, comienza a dirigir una nueva película. En ella, un circo ambulante llega a Roma en medio de una intervención armada por parte de Moscú. Su cine, siempre político y contundente, se ve confrontado con una modernidad en donde los cuestionamientos en torno a la ética y la estética ya no tienen cabida, comenzando con su esposa, la productora de una película policiaca que lo horroriza.
Giovanni deberá elegir sus batallas en esta irónica y melancólica película que recupera elementos narrativos presentes en las primeras obras que el director Nanni Moretti realizó durante su juventud.
Las narrativas autorreferenciales no son cosa nueva para Moretti (Caro diario, de 1993, estaba protagonizada por el director encarnándose a sí mismo, en clave de comedia semi-autobiográfica). Sin embargo, en esta nueva película hay paralelismos obvios con 8½ de Fellini y, por extensión, con casi cualquier película sobre las vicisitudes de la creación cinematográfica.
En Lo mejor está por venir Giovanni, el director de cine protagonista, se enfrenta a los retos de hacer una nueva película: ejecutivos que no la entienden o que quieren venderla a Netflix, por
ejemplo. En paralelo, su matrimonio con su esposa productora, Paola (Margherita Buy), está contra las cuerdas, y ella comienza a trabajar en la película de otro director, que es la completa antítesis de lo que Giovanni piensa que debe ser el cine.
La crítica se ha entusiasmado. En Variety, Peter Debruge escribe: “Dentro de la burbuja aislada que es una película, el director es Dios, y desdibuja las líneas entre la vida de Giovanni, sus películas y la propia filmografía de Moretti. En diversas formas lúdicas, Moretti cuestiona lo que el cine significa para el público, defendiendo la clase de películas que se siente atraído a hacer: películas que hagan a la gente sentir algo”. El español Angel Quintana, en la publicación Caimán Cuadernos de cine añade que se trata de “una película política, quizás la mejor de todas las películas posibles sobre el presente, pero también es una obra de despedida sin tristeza que deja atrás un mundo, el propio cine de Nanni Moretti, pero en vez de mirar al pasado busca el sol del futuro, algo que se proyecta hacia una utopía en medio de un tiempo de distopía. Una película de alguien que no quiere rendirse”. Eulàlia Iglesias, de Fotogramas, comenta: “Sin abandonar su postura de resistencia artística e ideológica, el director nos regala su película más luminosa y repleta de música, un canto a encarar el futuro con alegría que desemboca en una marcha colectiva a la manera del final de 8 y medio. Porque sin optimismo no hay revolución”.