foto El muerto y ser feliz

El muerto y ser feliz

España, Argentina, Francia, 2012

Dirección: Javier Rebollo

Guión: Javier Rebollo, Lola Mayo, Salvador Roselli. Fotografía: Santiago Racaj. Montaje: Ángel Hernández Zoido. Producción ejecutiva: José Nolla, Lola Mayo, Luis Miñarro, Verónica Cura. Elenco: José Sacristán, Roxana Blanco, Vicky Peña, Valeria Alonso, Fermí Reixach, Jorge Jellinek

Duración: 94 minutos

Cuando un asesino a sueldo español, ingresado en un hospital de Buenos Aires, se da cuenta de que está a punto de morir, se escapa y se dirige al norte atravesando todo el país. Huye por carreteras secundarias en una especie de tranquila peregrinación que tiene algo que ver con una moderna novela de caballerías. Una mujer que ha encontrado en la carretera será su escudero en este continuo avanzar huyendo de la muerte y corriendo, al mismo tiempo, hacia ella. El director Rebollo (viejo amigo de la Cinemateca, a quien dedicó su trabajo y lo anuncia con su propia voz al comienzo de la película) ha aclarado sobre todo lo que su película no es. “No es un ‘thriller’, no es una ‘road movie’, no es una comedia”, ha dicho. “Tiene todo eso y es mi particular visión de la Argentina, es un pretexto para irnos con Pepe Sacristán de viaje y vivir una novela de caballería moderna en la que, como en todas las películas de carretera, la velocidad será proporcional al olvido y la lentitud al recuerdo”.
Hay otros vínculos entre Uruguay y el film. El principal papel femenino corre por cuenta de Roxana Blanco, a quien luego de Alma Mater, Matar a todos y La demora resulta difícil ignorar como una de las mejores actrices de cine que tiene el país. En un papel más lateral asoma el fallecido crítico Jorge Jellinek, quien ya había actuado en La vida útil. Y está, claro, José Sacristán, cuya actuación en El muerto y ser feliz, la crítica española ha destacado particularmente. “Un José Sacristán sencillamente inmenso”, afirmó Luis Martínez en el diario El Mundo. “La acusada voluntad de diferencia de El muerto y ser feliz no tiene nada que ver con gestos de arrogancia sino con la voluntad de compartir un juego. Rebollo invita al público a participar en él (...) grandioso José Sacristán”, proclamó a su vez Jordi Costa en El País de Madrid.
Lo notable es cómo la película se las ingenia para que el centro del interés pase de un personaje masculino con una historia de alto impacto como la de Santos (asesino a sueldo condenado a muerte que huye) al femenino, de perfil bajo. Es en esa tensión y con el imponente paisaje patagónico de fondo que Rebollo cuenta la verdadera historia, que es, claro, la de la vida, la muerte y, sobre todo, la de ser feliz. El muerto y ser feliz recibió el premio FIPRESCI y el de Mejor actor en San Sebastián, así como el Goya de actor para Sacristán.

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