Es posible que el nombre de Fank Darabont quede en la historia del cine por dos motivos. Uno de ellos es su frecuente asociación con Stephen King, de quien ha sido acaso el mejor adaptador al cine. El otro es el desmesurado prestigio de una de sus películas, Sueño de libertad, que es buena pero que absurdamente figura décima en la lista de mejores de la historia según los usuarios de IMDB (Internet Movie Data Base), solamente debajo de los dos primeros Padrinos, Pulp Fiction, El club de la pelea, El sexto sentido, Seven, La vida es bella y Qué bello es vivir. Por supuesto, esa lista es un disparate que omite a Griffith, Chaplin, Keaton, Dreyer, Eisenstein, Pudovkin, Vidor, Borzage, Ford, Hawks, Wyler, Walsh, Wilder, Renoir, Bresson, Antonioni, Resnais, Bergman, Fellini, Buñuel,
Kurosawa, Ozu, Mizoguchi, Becker, Rohmer, Ray (cualquiera de los dos, Satyajit o Nicholas), Truffaut, Varda, Erice, Kiarostami, Tarkovskii, Sokurov y casi todo el cine valioso de los últimos ciento treinta años, pero así estamos. Y por cierto que no es culpa de Darabont, que es un sólido artesano a la americana, de esos que levantan el nivel cuando tienen un buen material entre las manos y se despista si ese material no es tan bueno.
Frank Darabont nació en Montbéliard , Francia, el 28 de enero de 1959. Es de origen húngaro; cuando era apenas un bebé su familia dejó Hungría y fue a los Estados Unidos. Con apenas 20 años hizo su entrada al mundo del cine y realizó una de sus primeras obras en 1983, el cortometraje, Dollar Babym. Luego pasó a desempeñarse como guionista de películas de terror como la tercera Freddy Kruger, La mosca II y la remake de La mancha voraz. Inevitablemente, esa vocación por el espanto iba a conectarlo tarde o temprano con Stephen King, aunque la primera adaptación de King que llevó al cine no fue un film de horror sino el drama psicológico sobre la vida carcelaria Sueño de libertad (The Shawshank Redemption). Volvió al mundo de King, con cárcel pero también con elementos paranormales en la excelente Milagros inesperados (The Green Mile), y luego con La niebla (The Mist), un asunto de horror interplanetario más convencional que se recuerda sobre todo por su impactante final. En el medio hizo la comedia dramática El Majestic, donde había algunos rasgos “capraescos” y una liviana sátira al maccarthysmo. En la televisión estuvo vinculado a la serie de zombies The Walking Dead, de la que dirigió el piloto y que le valió una larga pelea con los productores cuando, a cierta altura, decidieron despedirlo.
DIR: Frank Darabont / 142 min.
Estados Unidos 1994.
DIR: Frank Darabont / 189 min.
Estados Unidos 1999.
DIR: Frank Darabon / 152 min.
Estados Unidos 2001.
DIR: Frank Darabont / 126 min.
Estados Unidos 2007.