Una toma

Todas las películas que integran este ciclo tienen algo en común: fueron filmadas, o fingieron serlo, en una sola toma. La palabra fingir corresponde a por ejemplo a La soga, que en realidad consta de ocho o diez planos perfectamente encadenados para parecer un plano único. En el otro extremo, El arca rusa es la proeza del camarógrafo más fuerte del mundo, que aguantó durante más de hora y media, sin parar, un equipo realmente pesado.
En todos los casos el efecto es el mismo. El tiempo cinematográfico corresponde con el tiempo real (salvo 1917, que simplemente funde en negro cuando el protagonista se duerme), la sensación de inmediatez y cercanía se acentúa (en Hitchcock puede ser un mero alarde: a Hitch le gustaban esos desafíos). Por arriba de las proezas técnicas queda la constancia de un cine de calidad, y de que acaso todos los libros de Eisenstein y Pudovkin sobre el montaje como la esencia del cine haya que tirarlos a la papelera.

La utilidad de un revistero

DIR: Adriano Salgado / 116 min.

Argentina 2014.

La Soga

DIR: Alfred Hitchcock / 80 min.

Estados Unidos 1948.

1917

DIR: Sam Mendes / 119 min.

Reino Unido 2019.

El arca rusa

DIR: Aleksandr Sokurov / 96 min.

Rusia 2002.

La casa muda

DIR: Gustavo Hernández / 83 min.

Uruguay 2010.

Victoria

DIR: Sebastian Schipper / 140 min.

Alemania 2015.

El chef

DIR: Philip Barantini / 92 min.

Reino Unido 2021.