In memoriam: Anna Karina

In memoriam: Anna Karina

Fue uno de los grandes iconos de la Nouvelle Vague francesa. Anna Karina falleció, enferma de cáncer, el pasado 12 de diciembre de 2019, a los 79 años, en París. Nacida en Solbjerg, Dinamarca, en 1940, Hanne Karin Bayer viajó a París haciendo autostop a fines de los años cincuenta, huyendo de los abusos de su violento padrastro. Inició una carrera como modelo y fue nada menos que Coco Chanel quien le propuso su nombre artístico Anna Karina. Jean-Luc Godard la descubrió en un anuncio de jabón y quedó deslumbrado. Le propuso un pequeño papel en Sin aliento, su ópera prima, pero ella lo rechazó. "Quería que mostrara los pechos en pantalla y me negué", explicaría después. Godard eliminó al personaje del guión, y ella terminó protagonizando Esta noche o nunca de Michel Deville. Pero Godard no se dio por vencido y Karina aceptó finalmente un papel en El soldadito (1960). La película tuvo problemas con la censura (Argelia era un tema tabú en el cine francés de la época), pero el encuentro tuvo consecuencias laterales. Godard y Karina se casaron durante el rodaje de su siguiente trabajo conjunto, Una mujer es una mujer (1961). Siguieron trabajando juntos todo lo que duró su matrimonio, un período que abarca películas como Vivir su vida (1962), Asalto frustrado (1964), Pierrot el loco (1965), Alphaville (1965) y Made in USA (1966). Karina protagonizó La religiosa (1966) para otro de los grandes del movimiento, Jacques Rivette, Palma de Oro en Cannes, e interpretó un breve papel en Cleo de 5 a 7 (1952) de Agnès Varda. Luchino Visconti le ofreció un papel en su versión de El extranjero de Camus (1967), y también fue solicitada por otros grandes como George Cukor (Justine, 1967) y Rainer Werner Fassbinder (Ruleta china, 1976). Por razones no debidamente aclaradas, algunos medios han señalado que uno de sus films de mayor repercusión internacional fue El dios fingido (The Magus, 1968), con Michael Caine y Anthony Quinn, basado en una novela de John Fowles que merecía mejor suerte. En Suecia hizo teatro en una obra de Ingmar Bergman (Después del ensayo), que el director llevó más tarde al cine con otra actriz. En los 80 y 90 su carrera languideció. Tuvo tiempo para escribir tres novelas, y dirigió un par de películas (Vivre ensemble, 1973; Victoria, 2005) antes de retirarse de las pantallas. Quedará en el recuerdo como una de las frágiles, entrañables musas de la Nouvelle Vague.
El presente ciclo no reúne todo lo que hizo Anna Karina y hay, incluso, ausencias notables como Pierrot el loco o Alphaville, pero estas películas pudieron verse hace muy poco en la Cinemateca.

Otros Ciclos

New Hollywood, el comienzo

Roma no se construyó en un día, y Hollywood no cambio en una semana. El colapso del sistema de estudios y la aparición de nuevos talentos había comenzado en los años cincuenta, con el crecimiento de un rival temible (el medio televisivo) al cual la industria del cine primero quiso ignorar y luego intentó absorber, trayendo a gente como Sidney Lumet, John Frankenheimer, Ralph Nelson. Arthur Penn...

Ver más

Exhibición Especial: Rechazo

Este documental analiza las causas del genocidio contra el pueblo armenio perpetrado por Turquía. La exhibición contará con la presencia del director Kadir Akın.

Ver más

Motín a bordo

El centenario de El acorazado Potemkin sirve de excusa en esta oportunidad para revisar otras formas de la rebelión náutica que se han dado en la historia del cine. En esta selección, que prioriza films poco vistos, se encontrarán otros marineros rebeldes, motines protagonizados por esclavos pero también por esclavistas, alzamientos reales y ficticios, rebeliones llevadas adelante por oficiales...

Ver más