Un hombre es asesinado y sus hermanos lo velan. Durante la ceremonia se revelan paulatinamente las circunstancias de esa muerte y de esa familia, además de volverse evidente la fatalidad de la venganza. Mucho antes que Los Soprano, este film introdujo una complejidad psicológica en la construcción de sus gángsters y sus vínculos familiares y –digamos– profesionales. Aunque Ferrara ha seguido filmando sin parar hasta la fecha, esta fue su última gran película y probablemente la más sofisticada de toda su obra. Ese mérito se debe en buena medida al guión de Nicholas St. John (pseudónimo de Nicodemo Oliverio), el autor que acompañó a Ferrara desde sus inicios en el cine amateur –y el porno– hasta clásicos modernos como China Girl y El rey de Nueva York. Este fue el último film que hicieron juntos.