Australia, 2001
Dirección: Robert Connolly
Con David Wenham, Anthony LaPaglia, Sibylla Budd, Steve Rodgers.
Duración: 104 minutos
Durante el período clásico del noir hubo poquísimos films –si es que hubo alguno– que aludieran a la naturaleza predadora de la actividad bancaria, por la excelente razón de que, al menos en su apogeo, las majors de Hollywood pertenecían directa o indirectamente a Wall Street. Este thriller independiente y australiano corrige en cierta medida esa situación, transformando en materia narrativa las maniobras institucionales más opacas, esas que serían delito si las cometiera un particular pero que el mundo capitalista naturaliza cuando las realiza un banco. El film, que logra construir suspenso con trámites mayormente abstractos, tuvo su razón de ser porque en la Australia de los 90 –según la Socialist Web Site– los bancos provocaron la pérdida de 40.000 puestos de trabajo mientras incrementaron sus ganancias en un 300%. Es curioso que hasta ahora no se haya filmado algo parecido en Argentina.
En algún momento de la historia del cine pudo parecer que el film noir nos abandonó. Así como el western se volvió crepuscular y luego muy excepcional, el policial negro negrísimo que inaugurara oficialmente El halcón maltés en 1941 también se volvió una mercancía escasa, más fácil de encontrar en evocaciones europeas o incluso asiáticas que en su Hollywood natal. Pero desde los 80 regresó con ...