Con su blanco y negro, su bajo presupuesto y su frecuente frescura, esta película de Kevin Smith llamó la atención en su momento, se convirtió en un clásico de culto muy rápidamente, y conserva treinta años después casi todas sus virtudes. Sobrevivir en medio de un cine enfermo de blockbusters y efectos digitales no es una proeza menor.
El argumento (si existe) es muy simple. Narra en clave de humor la vida, amores y excentricidades de dos jóvenes cajeros de New Jersey. Debido a la ausencia de su jefe, un dependiente se ve obligado a trabajar en un supermercado durante su día libre y a atender a muchos personajes curiosos. Hay un aire de improvisación (aunque el guión está cuidadosamente pensado) y una abundante dosis de humor absurdo en ese trámite que, no es difícil sospecharlo, parece haber sido una de las fuentes de inspiración de 25 watts de nuestros Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella.
La película fue rodada con muy poco presupuesto y en malas condiciones (Smith la filmó por las noches en el lugar en el que trabajaba), pero el guión se impone a todos esos problemas. Es muy divertido el desfile de clientes que van a comprar (incluidos un examinador de huevos, una niña fumadora y también los personajes ya míticos en el cine de Smith de Jay y Bob el silencioso, quien sólo dice una frase: “El mundo está lleno de chicas buenas, pero no todas te traen lasaña al trabajo, sólo te ponen los cuernos”.
Lo mejor sin duda son los ingeniosos diálogos sobre temas como el amor, el sexo, los problemas laborales e incluso una discusión política sobre Star Wars.
Clerks fue la primera película de Kevin Smith, y es posible que sea la mejor de un director que siempre ha sido fiel al estilo independiente, irónico e irreverente que practica aquí. Si hay algo que caracteriza al cine de Smith es su enfoque de las relaciones humanas y las motivaciones de la gente. Un enfoque con el que representa la realidad vista desde un punto de vista humorístico. Las películas de Smith reflejan lo extraños y fuertes que pueden ser los lazos de amistad, lo complicadas que son las relaciones de pareja, lo dañinos que pueden llegar a ser los celos, lo difícil que es olvidar a alguien, y sobre todo lo difícil que es no hacer daño a quien se ama. Que todo eso esté dicho mediante un humor a veces desternillante es uno de los méritos de la película que sobrevive a tres décadas de su realización.