Uruguay, 2023
Dirección: Catalina Marín
Con Camila Souto Lettiere, Raquel Armúa Dosreis, Jonathan Parada, Paula Lieberman
Duración: 60 minutos
Esta película experimental ha sido descrita como el monólogo de una madre mientras su hija habita espacios que van del bucólico campestre al agobiante cemento citadino. Esta frase dice mucho pero de todas formas convendría empezar por otro lado. Una madre lee un diario a su hija y allí expone vulnerabilidades, imperfecciones, miedos; varias mujeres son captadas, acariciadas o acompañadas por cámaras que se acercan o alejan de los cuerpos de los personajes de forma atenta y candorosa.
La directora Catalina Marín ha reflexionado que su generación de la ECU estaba como “seteada”. Marín afirma explica esto de la siguiente forma: “fuimos educados para entender que al cine entrábamos de una sola manera: siguiendo todo un procedimiento lineal. Primero, escribiendo, luego, buscando plata, haciendo pitchings… varios pasos hasta filmar. Un esquema y una idea que hoy repiten un montón de cineastas y películas “muertas”, que suponen empezar a trabajar en el papel para recién tocar una cámara después de un proceso que puede insumir años. Entrás en un circo que te hace perder el contacto con el verdadero oficio durante mucho tiempo. Es muy diferente escribir una palabra, escribir un guión, a agarrar una cámara y filmar un gesto, filmar un cuerpo. Después de estar cuatro años reescribiendo un guión de largometraje, cuando terminé, lo miré y dije: “Esta no es la película que yo quiero hacer”. En ese momento me harté, me compré una cámara Canon T5i y empecé a filmar”
El guión empezó a surgir después, en el montaje, y con la conexión con algunos cineastas que la tocaban particularmente, como Chantal Akerman o Johan van der Keuken. También reconoce deberle algo a Boquitas pintadas de Manuel Puig. Marín entendió que su manera de hacer cine era diferente: “La ficción pura y dura me empezó a dejar indiferente; ahí me apareció la idea de trabajar con lo real, con el error, con el riesgo del momento. Y ahí me parece que la ficción puede entrar y hacerle muy bien a lo documental. Ese borde me emociona, me encanta”.
El punto de partida fue un diario escrito para Marín por su madre. A partir de ese material la directora y su protagonista Camila Souto escribieron un texto paralelo que se deslizó casi imperceptiblemente hacia la ficción. Y el rodaje fue complicado. Filmó cuatro días en 2017, después cuatro días más en 2018, y los travellings de 18 de Julio fueron realizados en 2019. Con la pandemia llegó el montaje, con sus excitaciones y sus ansiedades, y en 2023, por fin, el estreno de esta ópera prima.
Catalina Marín nació en Buenos Aires en 1981. Es realizadora y docente, trabaja en la coordinación general de la Escuela de Cine del Uruguay, gestionando y organizando diversas actividades desde el año 2007. Actualmente se desempeña como Coordinadora de Producción de la escuela. Además de su trabajo como realizadora, desde 2011 da clases de cine para diferentes proyectos e instituciones, entre las más destacadas se encuentran la Secretaría de
Juventud de la Intendencia de Montevideo y la licenciatura de Gestión Cultural del CLAEH.
Un valioso corto previo, Pehuajó (2008) fue premiado en el Bafici y merece una revisión.