Todo comenzó hace 25 años, en esta película llamada Antes del amanecer, donde el director Richard Linklater reunió a los veinteañeros Ethan Hawke y Julie Delpy (él, estadounidense, ella francesa), se conocían durante un viaje en tren, iban y venían durante quince horas, vivían un fugaz romance y se despedían con una promesa de reencuentro seis meses después. De camino a Viena, Jesse conoce a Celine, una estudiante que está retornando a París. Las largas conversaciones en el viaje en tren dan cuenta de la gran afinidad entre los dos al punto que Jesse convence a Celine de bajarse en Viena. Como ninguno tiene dinero para pagar un hotel y el vuelo de Jesse a los Estados Unidos sale a la mañana siguiente, la pareja sigue conversando mientras deambulan por la ciudad, haciendo que la despedida se vuelva cada vez más difícil.
Ese reencuentro no se produjo a los seis meses sino nueve años más tarde, en una segunda película titulada Antes del atardecer (2004). Allí Hawke se había convertido en un novelista prometedor que llegaba a París a promover su libro, que era justamente una ficción sobre su aventura vienesa. Resultaba inevitable que su antigua y fugaz enamorada Delpy se cruzara en su camino. Linklater soltaba sus reencontrados personajes por las calles de París, empujándolos a un redescubrimiento mutuo (y también por parte del espectador) mediante un vagabundeo aparentemente casual, un diálogo que decía mucho y ocultaba más, un aire suelto que conducía hasta la secuencia final con el rigor de un decreto del destino.
Debieron pasar otros nueve años para que el equipo Linklater/Hawke/Delpy se reunieran nuevamente para rodar Antes de la medianoche (2013), tercera entrega de la saga y aparentemente su culminación. A esa altura Hawke y Delpy estaban juntos y habían tenido dos hijas gemelas. Él se ve separado de su hijo mayor (13 años) que tuvo con su anterior esposa, y la película seguía a la pareja durante un día de su vacación por el Peloponeso: en un período de tiempo tan apretado como el de los dos films anteriores, (la trilogía es casi aristotélica en su empeño de unidad de tiempo, escenario y acción) salían a relucir las tensiones casi inevitables en una pareja luego de cierto tiempo de convivencia. Si en Antes del atardecer (que sigue siendo el mejor título de la serie) el modelo seguido por Linklater parecía ser, sobre todo, Eric Rohmer, en Antes de la medianoche había claras reminiscencias del Rossellini de la magistral Viaje a Italia. Antes de la medianoche no debería tener una continuación, y la trilogía debería quedar en trilogía, pero teniendo en cuenta que Linklater se ocupa de la historia de amor de Hawke y Delpy una vez cada nueve años, habrá que esperar hasta 2022 para estar seguros. En principio, el comienzo de la leyenda está aquí, y cumple un cuarto de siglo.