Francia, 1966
Dirección: Jacques Rivette
Con Anna Karina, Liselotte Pulver, Micheline Presle.
Duración: 140 minutos
Una polémica religiosa y literaria del siglo XVIII continuó provocando escozores en el siglo XX. Rivette traslada sobria y eficazmente el clásico de Diderot sobre malas costumbres nobiliarias y clericales. Karina es la trágica protagonista obligada a una vida para la cual no tiene vocación.
Anna Karina
Fue uno de los grandes iconos de la Nouvelle Vague francesa. Anna Karina falleció el pasado 12 de diciembre de 2019, a los 79 años, en París, como consecuencia de un cáncer.
Nacida en 1940 en Solbjerg, en las afueras de la ciudad danesa de Aarhus, Hanne Karin Blarke Bayer viajó a París haciendo autostop a fines de los años cincuenta, huyendo de los abusos de su violento padrastro. Inició una carrera como modelo, y fue nadie menos que Coco Chanel quien le propuso el nombre artístico por el cual sería conocida. Jean-Luc Godard quedó deslumbrado por ella, al descubrirla en un anuncio de jabón, y le propuso un pequeño papel en Sin aliento, su opera prima, pero ella lo rechazó. "Quería que mostrara los pechos en pantalla y me negué", explicaría después. Godard eliminó el personaje del guión, y ella terminó protagonizando Esta noche o nunca de Michel Deville.
Pero Godard no se dio por vencido, y Anna Karina le aceptó finalmente un papel en El soldadito (1960). La película tuvo problemas con la censura (Argelia era un tema tabú en el cine francés de la época), pero el encuentro tuvo consecuencias laterales. Godard y Karina se casaron durante el rodaje de su siguiente trabajo conjunto, Una mujer es una mujer (1961). Siguieron trabajando juntos todo lo que duró su matrimonio, un período que abarca películas como Vivir su vida (1962), Asalto frustrado (1964), Pierrot el loco (1965), Alphaville (1965) y Made in USA (1966). Tras su ruptura en 1967 no volvieron a trabajar juntos.
Karina protagonizó La religiosa (1966) para otro de los grandes del movimiento, Jacques Rivette, Palma de Oro en Cannes, e interpretó un breve papel en Cleo de 5 a 7 (1952) de la gran Agnès Varda. Luchino Visconti le ofreció un papel en su versión de El extranjero de Camus (1967), y también fue solicitada por otros grandes como George Cukor (Justine, 1967) y Rainer Werner Fassbinder (Ruleta china, 1976). Por razones no debidamente aclaradas, algunos medios han señalado que uno de sus films de mayor repercusión internacional fue El dios fingido (The Magus, 1968), con Michael Caine y Anthony Quinn, basado en una novela de John Fowles que merecía mejor suerte. En Suecia hizo en teatro para Ingmar Bergman Después del ensayo, que el director llevó más tarde al cine con otra actriz. En los 80 y 90 su carrera languideció. Tuvo tiempo para escribir tres novelas, y dirigió un par de película (Vivre ensemble, 1973; Victoria, 2005) antes de retirarse de las pantallas. Quedará en el recuerdo como una de las frágiles, entrañables musas de la Nouvelle Vague.