Estados Unidos, Canadá, 2019
Dirección: Robert Eggers
Guión: Robert y Max Eggers. Fotografía: Jarin Blaschke. Música: Mark Korven. Producción: New Regency Pictures / RT Features. Elenco: Willem Dafoe, Robert Pattinson.
Duración: 110 minutos
El tour de force entre Willem Dafoe y Robert Pattinson, absorbentes protagonistas de esta segunda película de Mark Eggers (quien antes hiciera la elogiada The Witch, 2015) es probablemente el primer elemento de atracción de El faro, pero ciertamente no el único. La historia de dos fareros que comienzan a perder la cordura al quedar aislados por una tormenta se basa lejanamente en el último e inacabado relato de Edgar Allan Poe, pero el director y su hermano y co-libretista Max han reelaborado y añadido lo suficiente como para convertir el asunto en algo bastante diferente. El inconcluso relato original tenía que ver con un hombre que cuidaba un faro en un tranquilo mar noruego. Max pensó al principio en conservar básicamente la historia, aunque trasladándola a tiempo contemporáneo. El proyecto se estancó, empezó a evolucionar, y terminó convirtiéndose en un thriller de época de ambientación décimonónica en las costas de Nueva Inglaterra. También incorporó, además de Poe, otras referencias literarias: los dialectos usados en la película derivan de la obra de la escritora Sarah Orne Jewett (1848-1909), autora de obras regionalistas ambientadas en Maine, y otros elementos marítimos y surrealistas de la película provienen de Samuel Taylor Coleridge, Herman Melville y Robert Louis Stevenson, más un incidente real del año 1801 en Gales que involucró a dos fareros y que ya se contó en una película de Chris Crow de 2016 también llamada The Lighthouse. Quienes se empeñen en seguir buscando referencias e influencias pueden encontrar incluso elementos que remiten a El resplandor de Kubrick, La isla siniestra de Scorsese o una parte de la obra de David Lynch. Y, por si fuera poco, Carl T. Dreyer.
Terminada tanta cita, ¿hay en la película algo novedoso que valga la pena atender? La respuesta debería ser un sí. El faro es el inteligente retrato de dos personalidades heridas, autodestructivas, acuciadas por sentimientos de culpa que cada cual sobrelleva a su manera, el duelo entre un veterano de vuelta de todo y un joven atormentado. La violencia latente parece inevitable, el premio casi místico es la propia luz del faro que el veterano atesora y se niega a compartirla, y el relato se desliza casi insensiblemente hacia la alegoría con varias lecturas suplementarias, de Prometeo a Platón, de luminaria que es poseída cual tesoro por el veterano, no dejando al ‘advenedizo’ acercarse a ella, que claramente una alegoría con muchas sub lecturas, de prometeicas a platónicas y de tradiciones y mitologías marinas que abarcan de las sirenas al Kraken. Película de climas, de misterios, de actuaciones de primer nivel (la labor de Dafoe es de antología), vale la pena visitar este faro. Premio Fipresci en la Quincena de Realizadores de Cannes 2019.