En un futuro cercano, el pueblo de Bacurau llora la muerte de su matriarca Carmelita, que falleció a los 94 años. Algunos días más tarde, los habitantes se dan cuenta de que el pueblo está siendo borrado del mapa. Mezcla de spaghetti western, ciencia ficción, realismo mágico y una locura muy brasileña.
En el pueblo de Bacurau convive sin aparente fricción, más allá de las pequeñas cosas del día a día.Una sociedad igualitaria, mayoritariamente de color, con habitantes queer, tríos, trabajadoras sexuales, en un ambiente de libertad sexual y afectiva, con niños que juegan libres por el pueblo, donde nadie tiene una fortuna, pero todo parece funcionar. Los problemas vienen sin embargo de afuera.
Primero de la mano del político corrupto de turno y que le ha costado al pueblo el corte de su suministro natural de agua. Y segundo, de parte de un grupo paramilitar que se ha propuesto destruir el lugar.
Hay ecos de la notable Asalto al Precinto 13, esa obra maestra de John Carpenter, en esta película de Mendonça Fillo y Dornelles, quienes elaboran una fábula sucia sobre los poderes opresores que mueven el mundo. Rara mezcla de Borges y Cortázar, de cine de serie B americano y western, la película es justamente el inesperado logro de que esa combinación de elementos heterogéneos funcione con sorprendente eficacia. Es probable que a Jair Bolsonaro no le haya gustado la película (si es que se molestó en verla), pero será un error tomar a Bacurau, exclusivamente, como una metáfora social y política. Hay por cierto en ella una denuncia de la relación entre los políticos y el capital externo, de la desigualdad social, de la mentalidad de una cierta parte de la clase media blanca, clasista y racista, que se piensa europea. Ambientado en un futuro distópico terriblemente próximo, obra coral que no cae en la superficialidad ni en el maniqueísmo fácil, el film mezcla drama y comedia costumbrista con violencia y crítica social, con ligeras pinceladas muy agudas, con momentos sumamente escalofriantes y enternecedores, con humor y drama, salvaje y tierna. El resultado es un film potente, descarnado, con plena vigencia temática y una más que atendible formulación cinematográfica. Un cine brasileño a tener en cuenta, por cierto.Premio del Jurado (ex-aequo) en Cannes 2019, Mejor dirección, Premio de la Crítica y Premio del Jurado Joven en Sitges 2019, Mejor Música Original en La Habana 2019.