Esta es una película de Woody Allen, y no hay nada más parecido a una película de Woody Allen que una película de Woody Allen. El cineasta se mimetiza esta vez con el personaje encarnado por el joven Timothée Chalamet, y nos invita a otro paseo por su adorada Nueva York. El enredo es el de mucha comedia romántica: dos enamorados universitarios de clase alta (Timothée Chalamet, Elle Fanning) aprovechan el plan de su aventura neoyorkina para que ella, entusiasta estudiante de periodismo, pueda hacerle una entrevista a un gran director en la mala (Liev Schreiber). Pero las cosas se complican cuando en el rompecabezas asoman también un productor (Jude Law) y un seductor actor latino (Diego Luna). El novio, sintiéndose abandonado, se cruza con otra joven (Selena Gómez) que añade más complicaciones. Alguien ha dicho ya que el resultado era una comedia de otro tiempo, elegante, con una pincelada de tristeza. Allen reitera su decálogo anual de obsesiones, convertidas en marca de estilo: la neurosis, la religión, por supuesto el sexo.
En la carrera de Woody Allen hay un solo fiasco ilevantable (La vida y todo lo demás) y algunas mediocridades (Recuerdos, Celebrity, Vicky Cristina Barcelona), pero el promedio suele ser bueno y ocasionalmente memorable (Manhattan, Dos extraños amantes, Hannah y sus hermanas, La rosa púrpura del Cairo, Zelig, varias otras). Este Día lluvioso en Nueva York se ubica en un digno nivel medio, un Woody más que decente al que los incondicionales del director van a adjudicar, probablemente, un punto más.