Polonia, 1988
Dirección: Krysztof Kieslowski
Con Henrik Baranowski, Wojciech Klata.
Duración: 53 minutos
Un padre, su hijo, un partido de ajedrez, la computadora que lo resuelve todo (salvo las preguntas del niño sobre el alma y Dios), la convivencia de todos los días, y un soplo de tragedia que sobrevuela sobre esa anécdota mínima.