Esta película, ganadora del premio a Mejor Ópera Prima en la 75º Berlinale, está ambientada en los años 90, en México. Cinco hermanos jóvenes son cuidados por su abuela porque su mamá simplemente se fue, sin dejar ni una carta de despedida. El papá fue a buscarla y tampoco volvió. La abuela les dijo a los niños que el Diablo es como las moscas: no importa cuántas veces lo espantes, siempre vuelve. Así que arrancó el timbre, atrincheró las puertas con muebles y cubrió las ventanas con láminas de plástico: los niños tienen prohibido jugar afuera. Al final llega la policía, seguida de los servicios sociales, con la noticia de que van a tener un nuevo hogar. La abuela prepara una última cena y una de las hermanas sugiere que todos quemen algo que les guste para pedir un deseo. El fuego se hace más grande y el humo aumenta, difuminando y disolviendo gradualmente la frontera entre la realidad y la imaginación.