El segundo largometraje animado del letón Gints Zilbalodis sigue la historia de un pequeño gato negro que se encuentra deambulando por un mundo en donde parece que la humanidad ha desaparecido. Tras sobrevivir a una inesperada y mortal inundación, encuentra refugio en una balsa de madera en donde, poco a poco, se van sumando otros animales. Juntos deberán aprender a convivir mientras recorren los restos de la civilización humana.
En palabras del propio director, la cámara forma parte de la narración en pos de buscar una propuesta inmersiva, de convertir al espectador en un personaje más en una película donde la soledad de los protagonistas es palpable a través de la ausencia de voces. En esta coyuntura,
sin palabras, mediante el uso de los ecos de la fauna, se desarrolla un viaje cinematográfico portentoso en lo visual y narrativo. Con un uso meritorio de la metáfora, se teje un producto final con una sensibilidad que, sin alejarse de la naturaleza propia de los animales, consigue cautivar a un espectador atrapado por la fuerza de las imágenes.
El conflicto de Flow radica en su propia premisa. Cada animal tiene una noción diferente sobre cómo llevar a cabo la búsqueda de la aceptación y el lugar donde mirar. Estas visiones contrapuestas impulsan, de manera orgánica, el apoyo mutuo entre ellos. Aunque no lo sepan, sus emociones más escondidas los hacen evolucionar. Entre ellos ya han formado una tribu y ha sido durante el viaje que han encontrado a su familia.
El viaje de los protagonistas simboliza el paso misterioso y casi místico de la niñez a la vida adulta, con los altos y bajos que todos enfrentan. Las tormentas representan las adversidades, mientras que los breves pero hermosos destellos de calma evocan los momentos que dan sentido a la existencia. Sin embargo, lo que destaca es cómo, en cada situación límite, el grupo solo puede avanzar gracias al trabajo en equipo y la empatía.
De hecho este es el tema central de Flow: la importancia de la amistad para la supervivencia. La relación entre los personajes refleja cómo la cooperación es fundamental para superar obstáculos. Cada miembro del grupo aporta algo único: desde la astucia del gato, a la bondad, firmeza e inteligencia del pájaro; pasando por la solidaridad, la fuerza o la toma de decisiones que en momentos puntuales muestran el resto de los animales.
Zilbalodis recuerda a su público que sin la unión y el apoyo de los demás, se estaría irremediablemente perdido en el caótico mar de la vida. Cuatro premios en Annecy, Globo de Oro a mejor animación, dos nominaciones al BAFTA, dos nominaciones al Oscar (animación y película extranjera).