El paso del tiempo no ha afectado a este espléndido film de animación, uno de los mejores de la afamada empresa japonesa Studio Ghibli. Por el contrario, la ha afirmado como una de las culminaciones del género, y de una particular fuerza expresiva y emocional. La tumba de las luciérnagas, adaptación de la novela homónima de Akiyuki Nosaka, fue la primera película dirigida por Isao Takajata con Studio Ghibli, y la segunda desde su fundación.
En su estreno, la película estuvo acompañada por Mi vecino Totoro, en un estreno doble, porque se quería mostrar “la cara y la cruz” de la temática que ambas tratan. Mientras que Mi vecino Totoro apuntaba a un público juvenil, La tumba de las luciérnagas estaba concebida para espectadores más adultos. La aceptación fue desigual. Mi vecino Totoro tuvo un éxito enorme pero La tumba de las luciérnagas no recibió la misma acogida, acaso porque su contenido doloroso y dramático evocaba a su público los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, la crítica, tanto japonesa como internacional, le fue favorable desde el principio. El célebre crítico estadounidense Roger Ebert la destacó como una de las más poderosas películas sobre la guerra y la añadió a su lista de las mejores películas de todos los tiempos.
La industria norteamericana nunca pareció saber exactamente qué hacer con la producción de los estudios Ghibli, en la que vio correctamente su principal competencia. En su momento, Disney compró la magistral El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki y trató de que se la viera internacionalmente lo menos posible. Pero el tiempo conoce sus venganzas. En algún momento Netflix entendió que La tumba de las luciérnagas merecía un relanzamiento, y hela aquí.
La acción transcurre en Japón durante el verano de 1945. El imperio de Hirohito se tambalea bajo los constantes ataques aéreos aliados. La historia se centra en Seita y su hermana pequeña Setsuko, dos niños que nacieron en el momento y en el lugar equivocados. Tras perder a su madre y su hogar en uno de los bombardeos, y ante la imposibilidad de contactar con su padre, un oficial de la marina imperial japonesa, los dos pequeños tratan de sobrevivir solos en un mundo que no dispone ni de los recursos más básicos para sustentarlos. Ocultos en un refugio antiaéreo abandonado, Seita comienza a robar comida para alimentar a su hermana enferma. Su trágica lucha por la supervivencia se convierte en una oda al espíritu humano y en un emotivo homenaje a los olvidados.
La película nunca pretendió presentar los horrores de la guerra por sí mismos, sino mostrar la voluntad de las generaciones jóvenes, así como el espíritu de lucha de aquellos que sobrevivieron para contarlo. Es uno de esos títulos que crece en cada revisión.

Película en idioma original con subtítulos en español. Apta para mayores de 12 años.