Italia, Francia, 2022
Dirección: Emanuele Crialese
Guión: Emanuele Crialese, Francesca Manieri, Vittorio Moroni. Fotografía: Gergely Pohárnok. Música: Rauelsson. Producción: Chapter 2, Wildside , France 3 Cinéma, Pathé , Canal+. Elenco: Penélope Cruz, Luana Giuliani, Vincenzo Amato, Patrizio Francioni, Maria Chiara Goretti, Penelope Nieto Conti
Duración: 98 minutos
Una familia romana a finales de los años setenta del siglo XX. Una madre (Penélope Cruz) que ama a sus hijos de una forma tolerante, amistosa, consentidora y que deja que fantaseen. Porque como dice ella: lo malo es que fantaseen los adultos. Un padre ausente, frío, a ratos violento y machista, como no podía ser de otra manera en esa época, y mujeriego.
La película busca retratar la inmensidad del vacío del alma de una mujer cuando todo se le viene abajo porque ni ama ni es amada y porque una separación parece ser una salida cerrada. Entre otras causas no citadas, por los tres hijos todavía pequeños. Uno de ellos (quizá trasunto del director), se llama Adriana pero quiere que le llamen Andrea y viste como un varón aunque oficialmente es una chica. La relación entre ella y la madre, sus complicidades desde las incertidumbres que sienten, es uno de los ejes del film, donde también entran las canciones y el cine de la época como espacio de evasión. Ver una de esas fantasías donde Penélope Cruz hace de Raffaella Carrá es un momento mágico.
El director Emanuele Crialese, entre cuyos antecedentes figuran Respiro y Terraferma, llevaba casi diez años sin dirigir un largometraje (solo hizo un episodio para TV de la serie Trust), y aquí toca con bastante tacto el tema de la identidad transgénero en los años 80, una vida plagada de complicaciones en aquella época (más entonces que ahora, donde tampoco es una maravilla). Hay un componente semi autobiográfico en esta película que ficcionaliza episodios de la infancia de su director.
Crialese ha dicho en alguna parte que si algo somos es “cuerpos en tránsito”, que nuestra identidad cambia a lo largo de la vida, incluso aunque no cambiemos de cuerpo. No es lo que ocurre en su película, donde los personajes apenas sufren cambios, pero la película presenta una imaginativa evocación de la infancia no carente de fuerza y emoción. Sin embargo, estamos ante una narración que nos lleva a lugares recónditos de nuestra infancia y eleva la imaginación. A su favor cuenta con excelencias de elenco, con un par de culminaciones en Penélope Cruz y Luana Giuliani. Penélope, inmensa, interpreta a una mujer que se aburre en un matrimonio sin amor que ya no le aporta nada y cuyo derrumbe se está llevando su alma con ella. Una mamma italiana, aunque de origen español, a quien le encanta cantar, bailar y jugar con sus hijos. Y Penélope canta y baila, pero además sostiene la trama con verdadera maestría junto a Luana, que se revela como un descubrimiento. Ambas son el centro de esta inmensidad y las principales razones para ver la película.