Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos, 2024
Dirección: Yorgos Lanthimos
Guion: Efthymis Filippou, Yorgos Lanthimos. Fotografía: Robbie Ryan. Musica: Jerskin Fendrix. Producción: Element Pictures, Film4 Productions, Fox Searchlight. Elenco: Emma Stone, Jesse Plemons, Willem Dafoe, Margaret Qualley, Hong Chau
Duración: 165 minutos
Esta es, tras La favorita y Pobres criaturas, la tercera colaboración entre el director Lanthimos y Emma Stone. Se trata de un fresco retorcido e irreverente sobre la maldad disfrazada de bondad que emplean algunos para someter a otras personas naturalmente bondadosas, honestas y vulnerables, a sus propias expectativas y designios. Ese fresco que se desglosa en tres historias, todas ellas originales, provocativas, con una identidad y género propios, completamente diferentes entre sí pero que consiguen mantener una sensación de unidad, de cohesión, de estar viendo una sola película con un propósito muy concreto.
Las historias tienen que ver con un hombre atrapado que intenta tomar las riendas de su propia vida; con un policía aterrado porque su mujer, que había desaparecido en el mar, ha vuelto y parece otra persona; y con una mujer decidida a encontrar a alguien con un don especial, destinado a convertirse en un prodigioso líder espiritual.
Lanthimos mantiene a sus brillantes actores para que interpreten a diferentes personajes en cada uno de los relatos. Todos los personajes están perfectamente construidos, todos ellos son identificables y diametralmente opuestos, en algunas de las historias son los que abusan, y en otras son los abusados, y aun así, no hay lugar a la confusión. Pero el hecho de que sean los mismos los que los interpretan, el hecho de ver sus rostros dando vida a múltiples personajes, a veces bondadosos, a veces malvados, le da a la película un extraño sentido de unidad. El resultado se siente realmente como una sola película, descompuesta en tres relatos, cada uno con su inicio, nudo y desenlace, pero inextricablemente inseparables.
La película transmite una visión feroz de la psiquiatría medicalizada, del poder en el trabajo, en la pareja, en la religión, la dependencia que ese poder blando y cruel crea y la monstruosidad que amolda y entreteje la vida cotidiana. Yorgos Lanthimos interpela a su espectador en tiempos en donde el miedo a la libertad, la inseguridad, el futuro incierto permiten la expresión de un poder cruel que crea una dependencia y una sumisión que destruye la ética, las personas, la civilización y acaso el planeta. En la película hay terror, comedia negrísima, drama, romance, thriller psicológico, una amalgama de géneros diversificados en los distintos relatos, todos perfectamente tratados, dando como resultado tres películas que enganchan, que interesan, que cautivan por sí solas, formando una unidad, un solo film que es grande por sí mismo y no por la suma de sus partes, una vez más, gracias al concepto que su director trabaja y explota con tanto ahínco en los tres segmentos, todas las historias duran lo que tienen que durar, y cuentan lo que tienen que contar.