Eugénie, excelente cocinera, trabaja desde hace 20 años para el famoso gastrónomo Dodin. A lo largo de los años, su pasión por la gastronomía y su admiración mutua han dado lugar a una relación entrañable. De esta unión nace una serie de platos deliciosos y delicados que sorprenden a los mejores chefs del mundo. Sin embargo, Eugénie, ansiosa de libertad, nunca quiso casarse con Dodin, así que él decide hacer algo inaudito: cocinar para ella. Desde su aclamado debut El aroma de la papaya verde (1993), el director Tran Anh Hung ha trabajado en un cine sofisticado y seductor, y vuelve a hacerlo con esta película adaptada de una novela de 1924 cuya historia, aderezada con algo de gastro-romance, se desarrolla en 1885 en los alrededores de la cocina en la que sus dos protagonistas se desempeñan.
Aunque Eugénie disfruta de su libertad en lo que claramente es más que una relación laboral, Dodin intenta descubrir si el amor también pasa por el estómago de ella. Sus impecables habilidades culinarias están tan deliciosamente retratadas que es difícil ignorar la eficiencia del director, quien ganó el premio en el rubro en el Festival de Cine de Cannes.
Juliette Binoche y Benoît Magimel brillan tanto como las estrellas Michelin de los grandes chefs Pierre Gagnaire y Michel Nave, que ayudan al dúo delante y detrás de la cámara. Sobria, con poco diálogo y sin música, quienes hablan en la película son los fogones. Es una historia de amor hacia el arte de la buena cocina y el mejor comer, de respeto y de admiración hacia quien hace de ello un arte y una forma de vida. El director se dedica a describir, con elocuencia y empatía gastronómica, lo que da “sabor” a la vida a través de los deliciosos placeres cotidianos. Con suma discreción, y bajo una apariencia de aparente sencillez logra una película extremadamente deleitable.
Tràn Anh Hùng nació en Seno, ex reino de Laos, el 23 de diciembre de 1962. En 1975 se exilió a Francia con su familia donde estudió en una escuela de cine. Su debut como director, El aroma de la papaya verde en 1992 ganó el premio Camera D’Or en el Festival de Cannes y el Cesar a Mejor Director Novel, lo que valió reputación a nivel internacional. También fue nominada al Oscar a la Mejor Película en habla no inglesa. Su segunda película, Cyclo de 1995 ganó el León De Oro en Venecia. Siguieron Pleno Verano (2000), I Come with the Rain (Je viens avec la pluie) (2007), Tokio Blues (2010), Eternity (2015).