Estados Unidos, 2024
Dirección: Luca Guadagnino
Guión: Justin Kuritzkes. Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom. Música: Trent Reznor, Atticus Ross. Producción: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Pascal Pictures. Elenco: Zendaya, Josh O´Connor, Mike Faist, A.J. Lister, Nada Despotovich.
Duración: 131 minutos
Tras títulos como Llámame por tu nombre y la remake “artsy” de Suspiria, Desafiantes puede parecer a primera vista la película más convencional de Luca Guadagnino: un triángulo amoroso y lujurioso ambientado en el mundo del tenis protagonizado por tres promesas de Hollywood.
Desafiantes comienza con Tashi ( Zendaya ), una prometedora tenista convertida en entrenadora, y con su marido Art (Mike Faist), campeón de Grand Slam que está pasando por una mala racha. Para aumentar la confianza de Art, Tashi inscribe a su esposo en un torneo Challenger de menor rango, pensando que algunas victorias fáciles podrían ayudarlo en esta rutina. Sin embargo, también en este evento está Patrick ( Josh O’Connor), quien solía ser el compañero de dobles de Art y exnovio de Tashi. Mientras estos dos compiten entre sí por primera vez en años, la película repasa las circunstancias que condujeron a este partido y las relaciones que aún tienen un impacto en estos tres tenistas.
Al principio, la cámara de Guadagnino se acerca mucho a los cuerpos de sus personajes, mostrando las cicatrices que cada uno de ellos lleva tras años de juego. Tashi tiene una cicatriz vertical que le llega hasta la rodilla, mientras que Art tiene varios golpes en los brazos probablemente provocados por años de tenis de alta competición. De ahí la película salta para examinar otras cicatrices: los amores, las pérdidas, los dolores y las oportunidades que hicieron de los personajes lo que son. Para Tashi, esta podría ser una historia sobre el tenis y lo que se necesita para ganar, pero para Art, Patrick y el espectador se trata de cicatrices mucho más profundas que no sanan tan fácilmente.
El guión vuela libremente hacia adelante y hacia atrás a través del tiempo, explorando el presente y expandiendo el futuro de manera consistente. Sin embargo, la narrativa nunca se ve abrumada por este cambio constante. Mientras muestra una acción dentro del Challenger que parece inusual, la película regresa para explorar los orígenes de esa extraña peculiaridad, casi como si fuera un detective buscando las pistas que llevaron a esta situación actual. El pasado y el presente se unen con naturalidad en la historia que se cuenta, y el excelente trío de actores colabora con la convicción del asunto.