Tras La luz incidente (2015) el director Ariel Rotter regresa con este drama familiar que aborda distintas aristas del ser humano de una manera sensible y a la vez metafórica. La película se centra en Javier (Alfonso Tort) y Valeria (Julieta Zylberberg), una pareja que hace varios años intenta tener un hijo, aunque los tratamientos no les funcionan. Tienen la buena suerte de comprar una nueva casa, pero al mismo tiempo surge algo que ensombrece seriamente la situación: Javier va a dejar embarazada a una compañera de trabajo. Ese será el disparador, para ambos, pero sobre todo para él, de un replanteo de su vida.
Rotter había trabajado ya el tema del duelo en La luz incidente, y lo reitera aquí en clave metafórica: la pérdida del ser querido no sucede en el presente, sino que ocurrió en el pasado. Un dolor que perdura repercute en la manera de ser del protagonista. Cuestiones arbitrarias o ajenas han impedido el desarrollo armonioso de la relación de la pareja.
A partir de ahí, el protagonista comienza a repensar su relación amorosa, su vínculo con su padre y su madre, y la presión laboral por la que atraviesa, lo que permite cierta maduración por su parte, aunque tal vez no resuelva sus problemas. Dividida en tres capítulos (el hijo, el padre y la madre), la película aborda el drama emocional de sus personajes, con el sólido respaldo de sus intérpretes Tort y Zylberberg, más algún secundario como el veterano Norman Briski como el padre de Javier, que va a dejar en evidencia la poca capacidad que tiene su hijo Javier para cerrar etapas y cómo busca aferrarse a ciertas cuestiones.
Rotter trabaja con cuidado los aspectos visuales de su película. De la misma manera que La luz incidente estaba filmada íntegramente en blanco y negro, aquí en este caso también le otorga un valor particular a un azul predominante, en alusión a su título, ya sea en la vestimenta de los protagonistas, como en los distintos objetos que aparecen en el film. El resultado es un drama familiar conmovedor e intenso, que maneja varios temas con bastante fineza y sin golpes bajos. El elenco, los climas logrados y la evolución de los personajes redondean una película sumamente estimulante.
Ariel Rotter es un director, guionista y productor argentino nacido en 1971. Becado por la Universidad del Cine de Buenos Aires, estudió Historia del Arte y Dramaturgia. Fundó Aire Cine, una pequeña productora dedicada al cine independiente de ficción y documental.