Uruguay, España, 2023
Dirección: Facundo Ponce de León, Juan Ponce de León
Guión: Facundo Ponce de León, Juan Ponce de León. Música: Luciano Supervielle
Duración: 79 minutos
Documental que retrata el nacimiento de una amistad entre dos hombres (un médico español y un uruguayo enfermo de ELA) mientras uno ayuda al otro a morir. La aceptación del dolor, el sentido del humor, la familia y los amigos, las ideas y las creencias, la vida y el final, atraviesan el tiempo que Fernando y Enric conversaron a través de dispositivos electrónicos, separados por un océano, en mitad de una pandemia que nunca permitió que se pudieran encontrar.
A lo largo de casi 80 minutos, el espectador asiste al nacimiento de esa amistad, que se va consolidando con cada videoconferencia que ocurre. Entre las conversaciones, se supera la temática de la eutanasia para enfocarse, entre otras cuestiones, en la relación entre los personajes, el proceso de morir, la dignidad, el protagonismo de una enfermedad terminal o el papel de los seres queridos. Y poco a poco se transmite la importancia del acompañamiento y la aceptación en el tramo final de la vida. Además, la película incorpora numerosos momentos con una cuota de humor e invita a reflexionar sobre asuntos como la muerte digna, los cuidados paliativos y la necesidad de legislar al respecto.
Fue Fernando quien le propuso a Enric grabar sus conversaciones e incluso sugirió con sorna convencer a Martin Scorsese para hacer la película. Y, entre bromas y confesiones de más calado, Fernando va abriendo surcos y mostrando a su inesperado amigo, con el que compartía más de lo que en principio podía creer, algunas verdades primordiales antes de confesar, en los últimos instantes de vida, que creía ver “una puerta ahí”. De un ateísmo militante, Fernando parecía aproximarse a esa puerta que atisbaba, como un agnóstico esperanzado.
En el tiempo compartido, Enric y Fernando, hablan de su común origen gallego, de la vida, de la familia, de los amigos que le quedan y aquellos que lo han dejado porque no podían soportar el proceso, del final que siente cerca, de los errores y aciertos en el camino recorrido y de fútbol, porque antes de enfermar, Fernando, era presidente de la federación uruguaya. Así es como ambos generan un vínculo tan proteico, tejido de afectividad tierna, como inesperado. Un tiempo en que un hombre acompaña a otro a morir y que revela la acertada intuición de Pedro Laín Entralgo, aprendida en los muchos años de ejercicio médico de este humanista y plasmada en su célebre frase: “la mejor medicina para un enfermo es cosa de mucha silla”. Es decir, escucha atenta en la que médico y enfermo se dejan tocar el alma, mutuamente y en la que aflora lo más humano que permite la compasión por el otro, que nada tiene que ver con la victimización, sino con la misericordia y el acompañamiento.