1984: Hay un vertedero en nuestro salón. El mundo de Madre y María se siente como destellos de sus espinas, la Navidad es todos los días en su nido de amor.
1994: Me la entregó, su peso vendría en oleadas.
El último día de clases de María. Cuando llega a casa, en las escaleras superiores, esperando, hay dos pies descalzos. Un hombre alto y extraño, un extraño que tiene un olor familiar a trauma, un dolor infantil, un géminis de picaduras de conocimiento: Michael.
Desechando el concepto de flashback e introduciendo el deja vu Luna Carmoon traza líneas entre dos tiempos descompuestos que se viven como fragmentos de memoria, y personajes en estado de supervivencia, que en este vaivén no permiten el acceso al espectador a sus procesos internos de asimilación del pasado.


1984: There’s a landfill in our living room.
Mother and Maria’s world feels like sparkles down spines, Christmas is every day in their nidus of love.
1994: He handed her to me, its weight would come in waves.
Maria's last day of school. As she arrives home, at the top stairs, waiting, are two bare feet. A tall odd man, a stranger who has a familiar scent of trauma, a childhood pain, a gemini of knowing stings - Michael.