Este documental propone una inmersión en el mundo de esos ¨locos bajitos¨ del título. Los protagonistas son niños que concurren a un centro público de atención a la primera infancia. Este es su año de egreso del centro al cumplir los tres años . El relato se sostiene en su lenguaje, sus pruebas y experimentaciones, sus formas de comunicarse, su relación con el medio, con la música y otras formas de expresión. Un documental sobre el maravilloso proceso de crecimiento y sus desafíos situado en una barriada popular y en un año muy particular.
La idea era filmar el proceso de crecimiento de los niños del CAPI, que es el centro de atención a la primera infancia que se llama ¨Los Teritos¨ en Paso de la Boyada. El director Charlo decidió acompañar a un mismo grupo desde que tenían dos años, en 2019, hasta su egreso a fines de 2020, con tres años. El objetivo era filmarlos hasta que terminase su periodo en ese centro educativo pero una semana después de que empezaran las clases, estalló la pandemia.
No se cortó el proceso de la película, se cortó el proceso educativo de los niños. La idea original se
resignificó, se abrió un nuevo universo de posibilidades narrativas. Se incluyó todo lo que fue ese frenazo y lo que significó para la primera infancia la famosa pandemia. No frenaron las filmaciones durante la pandemia ya que aparece en la película el centro educacional vacío, la olla popular, los fogones al aire libre y la radio de Los Teritos cuando los niños vuelven a las clases. Charlo debe de conocer sin duda la vieja frase hollywoodense que sostiene que nunca debes actuar con niños, perros o John Gielgud porque te roban la película. Aquí, los ladrones son inevitablemente los niños, que con su frescura, su soltura, su seguridad ante la cámara dejan poco espacio para la crítica. Charlo se deja robar a película por quienes lo merecen, y consigue un resultado a la vez divertido, sorprendente y emocionante.
Los documentales de José Pedro Charlo se han exhibido en festivales, muestras y televisoras de
América y Europa. También produjo largometrajes de ficción como La Espera (2002, de Aldo Garay) o Alma Mater (2005, Álvaro Buela). Como director ha llevado adelante proyectos como Conversaciones con Turiansky (2019), Trazos familiares (2018), Los de siempre (2016), El almanaque (2012), El círculo (2008), A las cinco en punto (2005) y Héctor el Tejedor (2000). Su cine ha sido habitualmente político y militante, con un énfasis en esa entelequia llamada “la historia reciente”. Esta vez adoptado por el futuro: el espectador sale del cine preguntándose qué será mañana de estos gurisitos.