Ambientada en París, esta película cuenta la historia de Tomas y Martin, una pareja gay cuyo matrimonio entra en crisis cuando Tomas comienza un apasionado romance con Agathe, una mujer más joven a la que conoce tras terminar su última película. Perceptiva, íntima y descaradamente sexy, en Pasajes el director Sachs une un estilo tierno con una sensibilidad singularmente europea, proporcionando una visión perspicaz y auténtica de las complejidades, contradicciones y crueldades del amor y el deseo.
La sátira emerge a partir de contradicciones, absurdos y sentimientos de desesperación, anhelo y arrogancia por parte de los personajes. Pasajes es un diario/confesión de su autor en el que los “pasajes” del título aluden a la incapacidad de elección del protagonista, flotando de una relación a otra como olas rompiendo en la orilla. El director realza las localizaciones escogidas, especialmente en lo que se refiere a los interiores. El departamento que Tomas comparte con Martin da una sensación de cosa incompleta, de provisionalidad, con la bicicleta del director apoyada en el pasillo para exhibirla con orgullo cada vez que sienta la necesidad de regresar. La casa que debería convertirse en el nido de amor de Tomas y Agathe es más ordenada y tradicional, pero el hombre siente constantemente la necesidad de escapar de ella. Pero incluso lugares codificados más tradicionalmente como el set y la discoteca donde, durante la fiesta de producción, Tomas conoce a Agathe cobran nueva vida gracias a la sensibilidad del director.
La elección del reparto, que reúne a tres de los mejores actores del momento, permite también a Ira Sachs valorar sus diferencias culturales y sus verdaderos acentos. El hombre- niño artista atormentado e inquieto de Franz Rogowski es igualado por su serio y pragmático esposo inglés Ben Whishaw. Mientras Adèle Exarchopoulos interpreta a una francesa moderna y desinhibida que no parece darse cuenta de la sexualidad fluida de su pareja. La posición de los padres de Agathe será bastante diferente en una escena de almuerzo doméstico, lo que claramente resalta la diferencia de mentalidad entre las viejas y las nuevas generaciones.