Brasil, Francia, Estados Unidos, 2022
Dirección: Liliane Mutti, Daniel Zarvos
Guión:Liliane Muti. Música: Ruben Jacobina. Producción: FILMZ. Elenco: Chico Buarque, Sílvia Buarque, Vinicius de Moraes.
Duración: 98 minutos
La Bossa nova se convirtió en una sensación musical internacional a fines de la década de 1950 con su fusión de samba brasileña y cool jazz. Las historias del género tienden a centrarse en sus famosos compositores masculinos. Pero Miúcha, La Voz de Bossa Nova nos da una nueva perspectiva sobre una cantante y compositora clave que ha sido subestimada: Heloísa Maria Buarque de Hollanda, conocida como Miúcha, entre los hombres cuyos nombres se hicieron más célebres, fue hermana de Chico Buarque, discípula de Vinicius de Moraes, segunda esposa de João Gilberto, pareja musical de Antônio Carlos Jobim y voz que acompañaba al saxofón de Stan Getz.
Hija del historiador Sérgio Buarque de Hollanda, Miúcha estudiaría arte, pero muy pronto se dedicaría a la música. En más de cuarenta años de carrera publicó casi una veintena de discos, entre los que destacan los firmados con otros grandes clásicos de la bossa nova. Estos emparejamientos artísticos cristalizarían en canciones que son imprescindibles del género: Maninha (que su hermano Chico compuso en a modo de homenaje), Pela luz dos olhos teus (con Vinícius de Moraes), Vai levando (también con Chico Buarque y Caetano Veloso), y Samba do avião y Falando de amor (junto a Tom Jobim).
Pero su debut profesional le llegó de la mano de Gilberto y uno de los grandes del jazz, Stan Getz, que tendió puentes musicales con Brasil. The Best of Two Worlds, lo mejor de dos mundos, era el significativo título del disco que en 1975 sentó la base de una exitosa carrera, que la convirtió en una especie de embajadora musical de Brasil en el extranjero, especialmente en Japón, donde su último disco, Rosa amarela, de 1999, se pudo escuchar antes incluso que en su país natal.
Cartas, acuarelas y grabaciones privadas de Heloísa Maria Buarque de Hollanda, reconstruyen en este documental la vida de esta cantante única que trabajó, a menudo en la sombra, con gigantes como Vinicius de Moraes, Tom Jobim, Stan Getz o João Gilberto. Su círculo de amistades durante sus años de residencia en París incluyó a Violeta Parra. Este film contribuye a comprender un poco mejor el por qué de sus ansias de libertad, de su progresiva conciencia feminista y de la «triste alegría» que destilaba su voz única.