España, Francia, Dinamarca, 2018
Dirección: Jaime Rosales
Guion: Jaime Rosales, Clara Roquet, Michel Gaztambide.
Producción: Bárbara Díez, José María Morales, Antonio Chavarrías, Jérôme Dopffer, Katrin Pors, Mikkel Jersin, Eva Jakobsen.
Fotografía: Hélène Louvart.
Edición: Lucía Casal.
Intérpretes: Barbara Lennie, Alex Brendemühl, Joan Botey, Marisa Paredes, Petra Martínez, Carme Pla, Oriol Pla, Chema Del Barco, Natalie Madueño.
Duración: 107 minutos
Petra no sabe quién es su padre, se lo han ocultado a lo largo de su vida. Tras la muerte de su madre inicia una búsqueda que le conduce a Jaume, un célebre artista plástico poderoso y despiadado. En su camino por conocer la verdad, Petra entra también en contacto con Lucas, hijo de Jaume, y Marisa, esposa de Jaume y madre de Lucas. A partir de ese momento, la historia de estos personajes se va entretejiendo en una espiral de maldad, secretos familiares y violencia que los lleva a todos al límite.
Jaime Rosales, uno no de los cineastas españoles de mayor alcance internacional –Petra fue, tras Hermosa juventud, su segunda selección para el festival de Cannes, en este caso en la Quincena de los Realizadores— ofrece un drama desestructurado en su cronología, de manera que los materiales de lo que podría haber sido un “melo” desaforado (en el reparto está Marisa Paredes, tan ligada a Almodóvar) prescinden del efecto más visceral para irse perfilando como un rompecabezas o un damero maldito sobre el cual ya no rige el destino, el fatum, sino la revelación que brinda ese minueto de piezas que van ocupando su lugar en el mosaico sabio que es Petra. Un film que muestra cómo cada decisión que tomamos influye en quienes nos rodean.