En este documental sobre el arquitecto modernista finlandés Alvar Aalto (1898-1976), abundan los planos de agua, el chapoteo de lagos, cascadas, playas y las formas sinuosas de sus edificios, muebles e interiores. No se dice explícitamente en la película pero Aalto en finlandés significa 'ola': una fuerza de la naturaleza, un dador de vida pero que también erosiona lentamente las cosas a su alrededor.
Junto con Mies van der Rohe, Le Corbusier y Walter Gropius, Alvar Aalto fue uno de los grandes arquitectos pioneros del modernismo. Su enfoque orgánico y regional enriquece todas esas cajas formales y líneas rectas con madera y calidez y su atención al detalle no tiene rival.
La yuxtaposición de las visitas del director Suutari a los edificios de Aalto (incluido el sanatorio de Paimio en la Finlandia natal del artista y su magnífica iglesia en Riola, Italia) con detalles de sus dos matrimonios ayuda a avanzar en la narración. Tanto un edificio como un matrimonio requieren mucho trabajo y el documental deja abierto al espectador si Alvar estaba más dedicado a sus edificios o a sus esposas. Se presta especial atención a sus diversas citas, así como a su prolífico consumo de alcohol. La película también dedica mucho tiempo a la obsesión del arquitecto por las minucias del diseño. Los fanáticos de la arquitectura pueden quedarse con ganas de más sobre su proceso creativo, sin embargo, Aalto pinta una imagen de un hombre dedicado a sus edificios, así como a sus esposas. Por implicación, el título, al excluir su nombre de pila, busca incluir las contribuciones de las esposas, Aino y Elissa, cuyo trabajo se reconoce apropiadamente. Como alguien dice sobre la entrada de Aino: "Independientemente de cómo se firmen los dibujos, claramente trabajaron como un equipo".
Si bien celebra sus diseños, Aalto también es una película bastante melancólica, con su escasa y a menudo soñadora orquestación de piano, flauta, oboe y clarinete. Está armada en base a películas caseras de 8 mm, álbumes de fotos y cartas entre él y su primera esposa, Aino. Suutari visita los edificios de Aalto en siete países. En una toma en la impresionante biblioteca Viipuri en Vyborg, Rusia, la cámara se acerca lentamente a la bibliotecaria solitaria que escribe detrás de su amplio escritorio en la parte superior de las escaleras debajo de una rejilla de luces circulares en el techo en lo que podría haber sido una reinvención modernista del hotel Overlook.