Perú, 2018
Dirección: Ezequiel Acuña
Guión: Ezequiel Acuña.Fotografía: Fernando Cobian. Música: Santino Amigo, Submarino, Ismael González, Gustavo Compagnone. Producción: Arrebato Cine, RIP Films. Elenco: Santiago Pedrero, Paulina Bazan, Mateo Vega.
Duración: 79 minutos
El cine de Ezequiel Acuña presenta a personajes en principio pasivos e inoperantes, en parte producto de una personalidad nata, en parte a causa de una conmoción emocional. En La migración (2018), Guillermo (Santiago Pedrero) es un argentino que ha llegado a Lima en busca de un amigo de su pasado y, definitivamente, de una añoranza que de alguna forma lo ha mantenido suspendido. Lo curioso es que, a diferencia de otras películas que retratan personajes reencontrándose con su pasado, aquí hay un hombre que parece no reencontrar o reconocer lo necesario. En efecto, hay huellas de una trascendencia del pasado que Guillermo, muy a pesar, no percibe como debiera para aplacar su búsqueda.
Guillermo, un músico frustrado, observa en este viaje la alternativa de retomar lo que hace más de diez años atrás no llegó a concretarse. Lo cierto es que no es posible renovar la lejanía: no es más que un invento o consuelo del protagonista. En base a este conflicto, Acuña retrata a personajes que sienten no corresponder a su entorno y temporalidad.
Guillermo, en lugar de encontrarse o retomar su pasado, conoce a nuevas personas, vive nuevas experiencias distintas a su iniciativa, y es en base a eso que va enmendando su inquietud. Por ese camino, y tibiamente, la película escapa poco a poco del “bajón” y deja abierta una rendija a la esperanza.
El argentino Acuña, autor de Nadar solo y La vida de alguien, reside en Perú desde el 2016. La migración es su primera película realizada en suelo limeño. El cineasta ha explicado sus razones: “En el 2009 había estado en Lima y me encontré con un panorama en el cual la gente había visto mis películas, además me pasó algo que nunca había vivido: tenía casi cuatro notas por día, la gente me traía las copias pirateadas de Nadar solo y Como un avión estrellado para que se las firme, me pedían fotos. Me fui dando cuenta que tenía como una especie de hinchada propia ahí. La vida de alguien también se había pasado en Lima y, después de cerrar esa etapa yo estaba arrancando de nuevo a tener que pensar una película. En abril del 2016 volví a Lima a pasar unos meses y me surgió la posibilidad de dar clases en la Universidad Católica y me terminé quedando”. Y por cierto no se ha quedado quieto. Esta película lo demuestra.
El domingo 20 realizaremos una función especial con presencia de su director. Los socios de Cinemateca entran gratis