foto Una amistad para siempre

Una amistad para siempre

Palma

Rusia, 2021

Dirección: Aleksandr Domogarov

Guión: Ekaterina Mavromatis, Aleksandr Domogarov. Fotografia: Sergey Dyshuk, Evgeniy Muratov. Música: Konstantin Kupriyanov, Dmitriy Noskov, Ivan Burliaev. Producción: Demarsh-Film, Mars Media Entertainment. Elenco: Liliya, Viktor Dobronravov, Leonid Basov, Valeriya Fedorovich, Vladimir Ilyin, Yan Tsapnik, Pavel Maykov, Evgeniya Dmitrieva, Igor Khripunov, Vladimir Simonov, Yelena Anisimova, Darya Luzina, Anastasia Shiga. Hablada en ruso con subtítulos en español.

Duración: 100 minutos

Un viejo consejo de Hollywood recomendaba a los actores nunca trabajar con niños, perros o John Gielgud, porque cualquiera de esas tres especies iba a robarle la película. Algo de eso ocurre en esta producción rusa sobre una perrita, aunque hay que reconocer que los intérpretes humanos no lo hacen nada mal. De acuerdo, también hay un niño.
Atrás hay una historia real ocurrida en Moscú, años setenta. La perra Palma, de raza pastor alemán, es abandonada por su dueño en el aeropuerto de la ciudad. La perita se hace amiga de un niño de nueve años cuya madre ha muerto, dejándolo con un padre que apenas conoce (de hecho, es ese padre, piloto de aviación quien encontró al animal en el aeropuerto). Palma y el niño viven una serie de aventuras extraordinarias y establecen una amistad verdadera y un amor incondicional.
El peligro del sentimentalismo, ese sustituto barato de la emoción, siempre acecha en historias de este tipo, y es mérito del director Domogarov no incurrir casi nunca en él: su película exhibe en general una emoción controlada, apoyada en la fluidez de la cámara, el excelente rendimiento de los actores (sí, claro, la perrita también actúa muy bien) y un dominio de los sentimientos que rara vez se le va de las manos. Naturalmente, el público natural de la película es la infancia (acaso exceptuando a niños muy pequeños), pero hay que agradecer a sus responsables que no se hayan imitado a ella: los adultos pueden verla también con interés y sin resignación.
El director Domogarov no debe ser confundido con su padre del mismo nombre, famoso actor ruso de teatro, cine y televisión. Este Domogarov más joven nació en Moscú en 1989, se ha desempeñado como actor en algo más de una decena de películas, dirigió el corto Pustite detey (2017), que también guionó a partir de un cuento de Stephen King acerca de un profesor que alucina (o no) acerca de que sus alumnos son monstruos, y saltó al largo con La maldición de la Reina de Picas (2019), otro asunto terrorífico sobre un espejo con poderes maléficos. En Una amistad para siempre ha cambiado de tono: su película no busca el sobresalto, sino los sentimientos más calmos e íntimos de su público.
Hay que señalar que la película se exhibe en idioma original con subtítulos en español. Pero que los padres no teman: los niños leen un poco, preguntan otro poco y entienden todo. Es solo cuestión de avisarles antes por qué es importante que los personajes hablen en el idioma que hablan. No es lo mismo ver una película doblada que hablada en su lengua original, por la sencilla razón que no es lo mismo ver un niño ruso en un paisaje ruso en una cultura rusa hablando como un mexicano o un porteño. Ellos comprenderás si les explican lo raro que sería una película sobre un niño uruguayo jugando al fútbol en un campito que se pusiera a parlotear en la lengua de Tolstoi. Pero por supuesto es conveniente estar avisados.


RECOMENDADA A PARTIR DE 6 AÑOS

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