Entre julio y setiembre de 1990, dos comunidades Mohawk en Quebec (Kanehsatà:ke y Kahnawá:ke) se embarcaron en una resistencia contra la policía y las fuerzas armadas canadienses. Aludida en la prensa como la “Oka Crisis”, ese conflicto de tres meses capturó la atención de toda la nación mientras las comunidades protestaban contra la extensión de un terreno dedicado al golf en un bosque y un cementerio ancestral.
Este notable debut de la directora y guionista Mohawk-canadiense Tracey Deer, ubicado en el verano de 1990, cuenta la historia de una chica Mohawk de doce años llamada Beans, fenomenalmente interpretada por la pequeña Kiawentiio. Beans es una brillante y promisoria estudiante que trata de encontrar su sitio en la comunidad, pero enfrenta varios desafíos. Además de la previsible complicación de ser una adolescente debe lidiar con su vocación por el activismo, y enfrentar de primera mano un violento racismo.
Atrapada entre la juventud y la adultez, entre la identidad indígena y la cultura blanca, Beans navega hábilmente entre los matices de esa fricción para emitir un importante mensaje da autoidentidad en un amplio contexto social. La directora Deer emplea esa historia para ensayar su propio camino creativo, enraizado en sus experiencias de adolescente. La película es un poderoso drama coming-of-age que brota de las líneas de protesta. Con su sensible retrato de los conflictos internos y comunitarios extraídos de una experiencia vivida, la película traza un nuevo camino para la próxima generación de cineastas indígenas, no solo canadienses.
Tracey Penelope Tekahentakwa Deer es guionista, directora de cine y editora de periódicos con sede en Kahnawake, Quebec. Deer ha escrito y dirigido varios documentales galardonados para Rezolution Pictures, una productora de cine y televisión dirigida por aborígenes.
La crítica canadiense ha saludado con elogios este debut. En Screendaily, Nikki Baugha ha señalado que "Deer transmite de forma efectiva una sensación devastadora de miedo, pánico e incredulidad (...) Vibra con una rabia feroz y un orgullo honrado" . En Now Toronto, Norma Wilmer ha dicho que "tanto la actriz como la directora se aseguran de que entendamos que Beans sabe exactamente quién es y cuál es su lugar en el mundo." Para la estadounidense Sheri Linden, de The Hollywood Reporter, la película "arroja luz sobre un capítulo de la historia reciente que no es muy conocido fuera de Quebec y que todavía no está totalmente resuelto".
Cabe señalar que la película se exhibe subtitulada al español, no doblada. El riesgo de que las audiencias juveniles pierdan parte de la trama debido a la lectura de subtítulos es realmente un peligro menor frente a la opción de exhibir un film sobre comunidades indígenas que ya han perdido su idioma originario.


La pequeña guerrera es un film recomendado para niños y adolescentes a partir de los 13 años.