Grecia, Polonia, Eslovenia, 2020
Dirección: Christos Nikou
Guión: Christos Nikou, Stavros Raptis. Fotografía: Bartosz Swiniarski. Música: Alexander Voulgaris. Producción: Boo Productions, Lava Films, Polski Instytut Sztuki Filmowej, Greek Film Center, ERT SA, Creative Europe Media, DI Factory, Perfo Production. Productora: Cate Blanchett. Elenco: Aris Servetalis, Sofia Georgovassili, Argyris Bakirtzis, Anna Kalaitzidou, Babis Makridis, Kostas Laskos, Kimon Fioretos, Alexandra Aidini, Costas Xikominos, Nota Tserniafski, Konstantinos Papatheodorou, Akis Benardis, Simos Vogiatzoglou
Duración: 90 minutos
Este primer largometraje del griego Christos Nikou, quien trabajó como ayudante de dirección en las primeras películas de su compatriota Yorgos Lanthimos y en Antes del anochecer de Linklater, mezcla diferentes géneros: elementos de cine fantástico envuelven una historia dramática y una historia romántica de fondo. Una nueva enfermedad se propaga entre la población. En un abrir y cerrar de ojos, los recuerdos de toda una vida pueden esfumarse de tu memoria. La acción se concentra en un hombre que tras ser encontrado en un autobús sin documentación y con síntomas de desorientación, comienza un programa de reinserción que le proporcionará una nueva identidad. Siguiendo las indicaciones de los doctores, el protagonista comenzará a reconstruir su vida y a registrarlo todo en un álbum fotográfico.
Lo que tienen que aprender los ciudadanos sometidos a ese programa de nueva identidad y recuperación de la memoria, es como un nuevo ser vivo que nace y debe ir reconociendo cada cosa y aprender, a su debido momento y con un orden adecuado lo alegre y lo divertido, pero también lo duro y lo trágico.
Un tono triste y melancólico impregna la película. Aris Servetalis interpreta con brillo a un hombre abatido en una situación que le sobrepasa, y el director Nikou despliega un tono sobrio donde no falta el sentido del humor. Su película apela a la sutileza, no subraya más de lo necesario ciertos detalles que los espectadores más atentos serán capaces de leer y colocar en su lugar. El film elude el frecuente vicio de la sobreexplicación, limitándose a mostrar una serie de hechos para que, por un lado, el espectador empatice con el protagonista y por el otro trate de comprender lo que está pasando. Espléndida a nivel visual, con un gran trabajo de fotografía por parte de Bartosz Swiniarski, la película acentúa su sensación de angustia y opresión con un adecuado empleo de un formato 4:3 y unas tonalidades cromáticas poco habituales.
La película se presentó en el Festival de Telluride de 2020, y posteriormente en la sección Orizzonti del Festival de Venecia, en el de Toronto y en la sección nuevas olas del de Sevilla (fue elegida la mejor película de la sección). Fue también la elegida por Grecia para representarla en la carrera hacia el premio Óscar 2021 en la categoría de película internacional.