El protagonista (Enzo Vogrincic) es una ascendente figura del fútbol que durante un partido de la selección uruguaya se va a las manos con un jugador del equipo contrario, Colombia. Representado por su padre (Rafael Spregelburd) regresan a Uruguay mientras los ánimos se aplacan y la prensa se olvida del incidente, y así puedan cerrar un pase millonario a un equipo de la Premier League. Pero, ¿eso es realmente lo que quiere el personaje?
La película se centra en la psicología de los personajes y cómo éstos reaccionan frente a cada una de las situaciones que enfrentan. El hijo es callado y sensible. Él es todo lo contrario. Agresivo y apático entra en la historia gritando y haciendo referencia al dinero que va a perder producto de la falta disciplinaria de su hijo. De ahí en más, la historia muestra a dos personajes opuestos, padre e hijo, donde uno dispone y el otro obedece. No importan los sentimientos, el deseo o la necesidad. El hijo está condenado a cumplir con lo que su padre mande. Die más de una vez “es lo que tengo que hacer” pero nunca se le oye decir “es lo que quiero hacer”. La sensibilidad con la que el actor Vogrincic compone a su personaje es uno de los puntos realmente fuertes de la película.
Los directores y libretistas Barrenechea y Branca cultivan una puesta en escena elegante y pulcra (notable fotografía de Matías Lasarte) y se empeñan en explorar el lado ignorado (bueno, tal vez no tanto) del fútbol, lo que hay detrás de los pases millonarios, las vidas glamorosas y los titulares de prensa. Tampoco eluden los temas de las presiones a las que se enfrentan los jugadores ni de los abusos familiares. La idea de la película surgió a partir del incidente ocurrido en el Mundial del año 2014, la famosa “mordida” del futbolista Suárez a Chiellini. A medida que avanza la película 9 aumenta la ansiedad y dudas del joven jugador tras ir descubriendo una vida más amplia, influido por una joven por quien se siente atraído y que la hará experimentar la ambivalencia entre las exigencias externas y sus propios deseos, su estricta disciplina deportiva y su aspiración de libertad.
Alguien ha dicho ya que ésta no es una película deportiva. Su tema son los deseos propios y los que los demás proyectan sobre cada uno de nosotros. El triunfo público oculta demasiado a menudo el fracaso personal y privado.