In memoriam: Agnès Varda

Se fue una de las grandes. Mientras nos seguimos peleando con Jean-Luc Godard, nadie discute a Agnès Varda. Fue la pionera de la Nouvelle Vague y una de las autoras más importantes de todo el cine francés, uno de los talentos creativos más reconocibles del cine universal, y una mujer activa y luchadora que continuó haciendo casi hasta su final (Cinemateca estrenó hace no mucho su notable Visages Villages y está previsto para los próximos meses el estreno de su última obra Varda par Agnès film en donde la mujer habla de la artista, Agnès cuenta a Varda en una suerte de despedida cinematográfica y vital). Falleció en París el pasado 29 de marzo, a los noventa años. Había nacido con el nombre de Arlette Varda en Bruselas el 30 de mayo de 1928, hija de padre griego y madre francesa, vivía y había trabajado mayoritariamente en París, donde obtuvo una primera fama como cortometrajista y saltó al largo a comienzos de los años sesenta, lo que la convierte en coetánea pero no exactamente integrante de la Nouvelle Vague, o por lo menos de su sector mayoritario surgido de la revista Cahiers du Cinéma (Godard, Chabrol, Truffaut, Rohmer, Kast, Doniol-Valcroze). Con su esposo Jacques Demy, Alain Resnais y alguno más, Varda perteneció más bien a lo que se denominaba en broma “el club de los admiradores de los gatos”, mantenían posiciones de izquierda, exhibían un mayor compromiso social y político, provenían en general del documental y no de la crítica, y eran defendidos por la revista Positif más que por Cahiers. Varda estudió Historia del Arte antes de conseguir un trabajo como fotógrafa oficial del Théâtre National Populaire (TNP) de París. Pero le interesaba más el cine. Su primer contacto con él fue casi casual: dedicó unos días a filmar la pequeña ciudad pesquera francesa de Sète, en el barrio La Pointe Courte, para un amigo con una enfermedad terminal que no podría visitarla él mismo. De ese material surgió un primer corto que luego se alargó (La Pointe Courte, precisamente) al que siguieron otros. La notoriedad le llegó con Cléo de 5 a 7 (1961) y las provocaciones de su siguiente película, La felicidad (Le bonheur, 1965), que generó en su momento un pequeño escándalo con su defensa de un amor libre y plural, Varda ha sostenido una postura personal y provocativa. En 1985, su película Sin techo ni ley (Sans toit ni loi) obtuvo el León de Oro del Festival de Cine de Venecia. Tanto en su ficción como en sus documentales (género al que ha vuelto preferentemente en los últimos años, incluyendo Jacquot de Nantes, homenaje a su fallecido esposo Demy), Varda ha insistido en un perfil realista y social. Esta muestra es lo suficientemente pequeña pero representativa para que nuestro público reclame más muy pronto. Va nuestro sentido homenaje a esta gran cineasta, luchadora incansable, feminista, necesaria

Caras y lugares

DIR: Agnès Varda, JR / 90 min.

Francia 2017.

Cleo de 5 a 7

DIR: Agnès Varda / 90 min.

Italia, Francia 1962.

Sin techo ni ley

DIR: Agnès Varda / 105 min.

Francia 1985.

Jacquot de Nantes

DIR: Agnès Varda / 118 min.

Francia 1991.

Las Playas de Agnès

DIR: Agnès Varda / 110 min.

Francia 2008.