Esperando Halloween

Halloween, también denominado Noche de Halloween o Noche de Brujas, y que se celebra cada año el 31 de octubre, tiene su raíz en el antiguo festival pagano celta Samhaim, donde se creía que los difuntos caminaban entre los vivos y para ello se hacían rituales de comunicación con los muertos ayudándolos a encontrar su camino hacia el descanso eterno. El término Halloween proviene de la contracción inglesa: All Hallows’ Eve, cuyo significado se refiere a la víspera de Todos los Santos o a la víspera de los difuntos. Originalmente, el Samhain, originalmente celebraba el fin de las cosechas y el comienzo del año nuevo para esta cultura. Se pensaba que durante esa noche el límite entre el mundo de los muertos y los vivos se disipaba, y las almas de los muertos, tanto las bondadosas como malévolas, transitaban por la tierra, En el evento se encendían hogueras, e incluso la gente utilizaba disfraces para resguardarse de las almas malignas que supuestamente transitaban entre los vivos. Los rituales de comunicación con los muertos permitían ayudar a estos a encontrar el descanso.
Con la conquista del territorio celta por parte del Imperio Romano el Samhain se fusionó con otras festividades de origen romano, como la Fiesta de la cosecha, la cual también tenía lugar a finales de octubre. En ella se honraba a la Pomona, diosa romana protectora de los árboles y la fruta. A medida que el cristianismo fue expandiéndose y sustituyendo todos los ritos paganos la celebración se convirtió en la víspera de Todos los Santos.
En Estados Unidos y Canadá la tradición llegó de manos de los emigrantes irlandeses en 1840, quienes originalmente celebraban la festividad de manera menos pomposa que la actualmente conocida. En el año 1912, Elizabeth Krebs le dio el carácter de fiesta, disfraces y celebración al que actualmente estamos acostumbrados. En 1921, la festividad se hizo popular entre los jóvenes gracias a un desfile en honor al día ocurrido en Minnesota, convirtiendo la festividad en un evento popular. En años más recientes, la globalización ha llevado la celebración al resto del planeta, para indignación de fundamentalistas que denuncian su carácter satánico y nacionalistas que objetan su origen extranjero (como se sabe, la Navidad celebra el nacimiento de Cristo, al parecer nacido en el Uruguay).
Pero todo eso es preámbulo, y en todo caso pretexto para exhibir un conjunto de películas que proporcionan la adecuada cantidad de sustos que suelen identificarse con Halloween. Podrían ser otras (hay montones de películas de terror), pero los nombres de John Carpenter, Wes Craven y Dario Argento, por lo menos, elevan el nivel del promedio.

Halloween II

DIR: Rob Zombie / 105 min.

Estados Unidos 2009.

Suspiria

DIR: Darío Argento / 101 min.

Italia 1977.

Scream

DIR: Wes Craven / 111 min.

Estados Unidos 1996.

El enigma de otro mundo

DIR: John Carpenter / 105 min.

Estados Unidos 1982.

La nueva pesadilla

DIR: Wes Craven / 109 min.

Estados Unidos 1994.

Inferno

DIR: Dario Argento / 107 min.

Italia 1980.

En la boca del miedo

DIR: John Carpenter / 95 min.

Estados Unidos 1994.

Halloween: resurrection

DIR: Rick Rosenthal / 94 min.

Estados Unidos 2002.