El pasado 20 de enero se cumplieron cien años del nacimiento de Federico Fellini, uno de los mayores creadores del cine italiano. Fellini perteneció a lo que los italianos llaman “la segunda generación” de realizadores de su país, considerando “primera” a los que comenzaron como tales en tiempos del fascismo e inventaron el neorrealismo (Visconti, Rossellini, de Sica, Lattuada y varios más).
Nacido en Rimini en 1920, el joven Fellini llegó a Roma a fines de la década del treinta. Fue periodista y guionista de historietas, escribió sketches cómicos para Aldo Fabrizi y se casó con Giulietta Masina. Fue Fabrizi quien lo presentó a Roberto Rossellini y lo involucró en el libreto de Roma, ciudad abierta. De hecho, el actor aceptó participar en el film si Fellini, en quien confiaba, escribía su parte. Con esa película, Fellini entró en el cine para quedarse. Continuó trabajando con Rossellini, Lattuada y otros (para el primero se desempeñó también como actor en Amore), y en 1950 codirigió con Lattuada Luces del varieté, donde asomaba ya el tema muy felliniano de los cómicos de la legua.
En sus siguientes films (El sheik, Los inútiles, La strada) se fue alejando cada vez más de la ortodoxia neorrealista para incorporar elementos poéticos: la inmediata preocupación social de Visconti, Zavattini o de Sica deja paso en él a elementos metafóricos y místicos, personajes dotados de una fuerte carga simbólica, una búsqueda religiosa de la pureza o la Gracia.
Hay, sin embargo, un carácter esencialmente ambiguo en la personalidad de Fellini. Junto a esa vertiente que, para simplificar, se puede denominar “cristiana”, asoma todo un costado pagano, de exaltación de los sentidos y fascinación por los cuerpos femeninos preferentemente voluminosos. Ambos elementos alcanzaron un raro equilibrio en un film como La dolce vita (1959), que es probablemente su obra maestra, y el segundo comenzó a predominar a partir de ahí.
Con frecuencia, en esa segunda parte de su carrera, lo decorativo pareció devorar a lo esencial, la forma al contenido: en parte Ocho y medio, pero sobre todo las posteriores Julieta de los espíritus, Satyricon o Roma se caracterizarían sobre todo por el febril despliegue formal, la pirotecnia de una imaginación desbocada que (particularmente en un film como Casanova) envolvía poca cosa: la vocación por el show perjudicaba seriamente allí la posibilidad de emoción o mejor comunicación humana. El cineasta pareció reencontrar lo mejor de sí mismo en algunos de sus últimos films: seguía habiendo mistificación y show en Y la nave va, pero también rasgos de humor y emoción; en Ginger y Fred reunió a sus viejos cómplices Mastroianni y Masina para un cuestionamiento de los medios de comunicación muy atendible y no carente de cierta piedad; en La entrevista se evocó a sí mismo, con cierto espíritu autocrítico. El presente ciclo se realiza con el apoyo de la Embajada de Italia en Uruguay y el Istituto Italiano de Cultura. La muestra cinematográfica será acompañada por una exposición de los dibujos de Fellini, extraídos de El libro de los sueños. Así, a través de una selección de algunas de las páginas del Libro y ya desde el hall de la sala se proponen algunos puntos de ingreso a la poética felliniana. Esta muestra se realiza con la colaboración de la Comuna de Rimini y de Francesca Fabbri Fellini.
Descargar presentación del ciclo
Se realizarán presentaciones en sala de algunos de los films por parte de críticos cinematográficos.
DIR: Federico Fellini / 125 min.
Italia 1974.
DIR: Federico Fellini / 118 min.
Italia 1956.
DIR: Federico Fellini / 149 min.
Italia 1959.
DIR: Federico Fellini / 130 min.
Italia 1983.
DIR: Federico Fellini / 82 min.
Italia 1952.
DIR: Federico Fellini / 128 min.
Italia, Francia 1972.
DIR: Federico Fellini / 146 min.
Italia 1976.
DIR: Federico Fellini / 118 min.
Italia 1990.
DIR: Federico Fellini / 134 min.
Italia 1963.
DIR: Federico Fellini / 72 min.
Italia, Mónaco 1978.
La expresión Trilogía BRD (por Bundesrepublik Deutschland, República Federal de Alemania, nombre oficial primero de la Alemania Occidental y más tarde de la Alemania contemporánea unificada) alude a tres películas dirigidas por Rainer Werner Fassbinder: El matrimonio de María Braun (1979), Lola, una mujer alemana (1981) y El deseo de Verónica Voss (1982). Las películas están conectadas temática...
Ver másSeguimos con esta vieja costumbre de los cineclubes de programar también lo que sus socios reclaman. En cada una de las pastillas dedicadas a la película propuesta figura el nombre de quien la propuso, a quien corresponde extender los agradecimientos del caso.
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