Argentina, 1953
Dirección: Julio Saraceni
Con Alberto Castillo, Norma Giménez, Amalia Sánchez Ariño, Tato Bores, Carmen Campoy, Francisco Fortuna, Héctor Armendáriz, Francisco Chiarmiello, Los Lecuona Cuban Boys, Carlos García.
Duración: 107 minutos
Este fue uno de los vehículos más ambiciosos para el cantor Alberto Castillo, cuya personalidad cinematográfica amplificó el natural carisma que desplegaba en el escenario. Fue producida de manera independiente y, por eso mismo, menos vista que otras que Castillo hizo para San Miguel o Sono Film, pero está a la altura de las mejores. El humor es abundante y en general funciona muy bien. Algún desafortunado personaje cómico aparece compensado con una divertida sátira a los flamantes existencialistas. A los temas que interpreta Castillo se le suman otras expresiones populares de entonces, como los Lecuona Cuban Boys y un conjunto folklórico dirigido por el gran Carlos García. Por si todo eso fuera poco, el elenco incluye a Tato Bores –mucho antes de su fama televisiva– y a la bellísima Norma Giménez, que fue una de las mejores y menos recordadas actrices jóvenes que tuvo el cine argentino. El tema musical del título fue tomado algunos años después por el director Fernando Ayala y el autor David Viñas para ironizar sobre el peronismo caído en El jefe (1958).
En un principio el tango fue inseparable del cine argentino. Los personajes de las ficciones tangueras aparecieron desde los albores del cine mudo y varias orquestas típicas se consolidaron acompañando películas mudas, práctica en la que se inició ante el público un adolescente llamado Aníbal Troilo, en el cine Petit Colón. El primer largometraje argentino con sonido óptico se llama Tango! y el...