“Una de las primeras películas de terror en conectar explícitamente los monstruos con las políticas activistas de la comunidad queer fue Hijos de la noche, del escritor británico Clive Barker. En esta película y en Cabal, la novela en la que está basada, los monstruos son los héroes mientras que las fuerzas del orden patriarcal terminan siendo los villanos. La película también propone una dialéctica entre el villano del cine slasher y el monstruo tradicional: el primero es claramente un ser humano que se ha vuelto loco por diversas razones, mientras que el segundo es una especie (o raza) que ha existido durante siglos, pero ha sido catalogada como monstruosa por la población humana supuestamente normal. Barker, que es abiertamente homosexual, hizo de Hijos de la noche algo espectacularmente queer, en especial en su diseño de producción”.
Fragmento de un texto de Harry M. Benshoff