Estados Unidos, 1994
Dirección: John Carpenter
El Carpenter nuestro de cada Bazofi.
Con Sam Neill, Julie Carmen, Jürgen Prochnow, David Warner, John Glover, Bernie Casey.
Duración: 95 minutos
Un detective debe encontrar a un famoso escritor desaparecido, que parece tener el poder de escribir su propio destino. Sus ficciones, dictadas por seres indecibles que pertenecen a un “otro lado”, invaden la realidad cotidiana del detective y, por su involuntario intermedio, la del mundo todo. Formalmente es el Carpenter más virtuoso, con una deliberada saturación de ideas visuales que derivan en una sensación de permanente sorpresa e incomodidad. Un áspero sentido del humor acompaña esa sensación, tanto en apuntes sutiles (mientras el detective asiste perplejo a la contaminación de la realidad) como en referencias puntuales (temas de The Carpenters como música funcional de un manicomio). Carpenter parafrasea a Lovecraft desde el título, rescata el miedo elemental de sus espacios vacíos, el horror de seres indescriptibles que ansían trasladarse a este mundo y hasta algunos párrafos tomados literalmente del relato “The Rats in the Wall”, todo sin que el nombre del escritor aparezca siquiera en los títulos: ya se sabe que las mejores películas sobre Lovecraft son las que no se proponen adaptarlo directamente.